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El ejército israelí está ejecutando lo que muchos consideran una verdadera limpieza étnica en el norte de Gaza, según un fuerte editorial del influyente diario israelí Haaretz. La crítica está dirigida al gobierno de Benjamin Netanyahu, quien lidera las operaciones militares que han forzado evacuaciones masivas, arrasado hogares y destruido infraestructuras esenciales. Y todo esto con el objetivo de aislar a las comunidades del norte de Gaza del resto de la ciudad.
Desde hace meses, la zona norte de la Franja es bombardeada intensamente, y además se ha bloqueado la entrada de ayuda humanitaria, dejando a la población palestina al borde de una hambruna devastadora, según denuncian tanto la ONU como los propios residentes.
El periodista Yaniv Kubovich, de Haaretz, pudo acceder a la zona y relatar cómo la destrucción que vio parecía una catástrofe natural, aunque él mismo no dudó en llamar a lo que estaba sucediendo un “acto premeditado de destrucción humana”. En Al Attara y Beit Lahia, por ejemplo, no queda ninguna casa en pie, y los habitantes no pueden regresar, ya que el ejército israelí ha cerrado esas áreas con bombardeos nocturnos, evitando que los civiles vuelvan a sus hogares.
En un ataque particularmente violento sobre un edificio en Beit Lahia a finales de octubre, más de 90 personas murieron, incluidos 25 niños, según el Ministerio de Salud de Gaza. Las tropas israelíes también están destruyendo todos los edificios cerca de la carretera principal del norte para facilitar su acceso militar, lo que muestra que su objetivo es dividir Gaza en dos y mantener el control en la zona durante mucho tiempo.
El ejército sigue negando que sus intenciones sean las de desposeer a los palestinos de su tierra, pero muchos creen que las recientes estrategias revelan un plan en marcha: el famoso “Plan de los Generales”. Esta propuesta, que proviene de oficiales retirados como el general Giora Eiland, tiene como objetivo evacuar toda la zona norte de Gaza, bloquearla por completo y dejar que los combatientes de Hamás se rindan o mueran de hambre.
Según Haaretz, la operación no es solo una estrategia militar, sino también política. Netanyahu y sus altos mandos han ordenado esta limpieza bajo el pretexto de la guerra, con la idea de que esta zona sea ocupada y asentada por población judía en el futuro.
El diario también apunta a las organizaciones de colonos, como Nahala, que buscan crear asentamientos judíos en Gaza, añadiendo aún más presión sobre la región ya devastada.
Desde que comenzó la operación en octubre, no ha llegado ayuda humanitaria al norte de Gaza. Residentes como Fatima, de Yabalia, relatan que viven con lo mínimo, con apenas unos trozos de pan y agua para más de 30 personas. Según el Comité de Evaluación de la Hambruna de la ONU, la situación está empeorando rápidamente, y el riesgo de muerte por desnutrición es inminente.
Por si fuera poco, las organizaciones de ayuda denuncian que los camiones de suministros que logran entrar por la zona sur son saqueados por bandas criminales, y los conductores están siendo extorsionados para recibir protección, todo esto bajo el control israelí.
Gaza está atrapada en una crisis humanitaria sin fin, mientras el mundo observa cómo el conflicto se profundiza y la comunidad internacional sigue buscando respuestas.
