La Secretaría de la Defensa Nacional ha realizado un cambio histórico en su identidad. A partir del 9 de noviembre de 2024, el acrónimo Sedena será reemplazado oficialmente por el término Defensa. Esta decisión fue aprobada por Claudia Sheinbaum, presidenta de México y comandanta Suprema de las Fuerzas Armadas, y se ha implementado para hacer más clara la misión principal de la institución.
Según el comunicado oficial, el Ejército Mexicano explicó que este cambio busca subrayar la tarea primordial de la dependencia: la defensa exterior de la federación y la protección del país cuando sea necesario, en cumplimiento del artículo 89 de la Constitución Política de México y el artículo 29 de la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal. La idea es que el término Defensa se asocie de manera más directa con las actividades esenciales de la Secretaría.
El cambio de nombre no solo apunta a una mejor comprensión por parte de la ciudadanía, sino también a una mayor claridad para instituciones nacionales e internacionales. Se espera que esta modificación facilite la coordinación de las tareas que lleva a cabo la Secretaría, reforzando su papel en la salvaguarda de la nación y asegurando una comunicación más efectiva sobre sus acciones.
A pesar de este ajuste en su acrónimo, el nombre oficial de la Secretaría de la Defensa Nacional no ha sido alterado. La institución mantiene su denominación formal, y esta actualización ya se refleja tanto en la página web del Gobierno de México como en las redes sociales oficiales del organismo.
La historia de Sedena se remonta a 1821, cuando fue creado el Ministerio de Guerra y Marina tras la Independencia de México. A lo largo de los años, la entidad ha pasado por diversas reorganizaciones y cambios de nombre. Fue en 1937 cuando se estableció la Secretaría de la Defensa Nacional, separando sus funciones de la Marina y definiéndose como la autoridad responsable de la organización y administración del Ejército y la Fuerza Aérea Mexicana.
Este cambio marca un nuevo capítulo en la historia de la Secretaría, cuyo legado sigue siendo esencial para la defensa y seguridad del país. La transición a Defensa, aunque simbólica, representa un intento por modernizar y fortalecer la imagen institucional ante los retos del siglo XXI.