En 1985, el joven de 18 años, Mike Tyson, hacía su debut profesional en el boxeo. En solo un minuto y 47 segundos, dejó a su oponente, Héctor Mercedes, sin opciones con una serie de golpes demoledores. Aquella victoria marcó el inicio de una carrera llena de altibajos, pero que a sus 58 años, Tyson se atreve a retomar.
Este viernes, “Iron Mike” se pondrá los guantes nuevamente, enfrentándose a Jake Paul, un youtuber de 27 años, en el AT&T Stadium, en lo que será su primer combate profesional después de más de 7,000 días desde su última pelea.
Tyson, cuya última pelea profesional fue en 2005 (y en la que perdió ante Kevin McBride), ya había intentado regresar al ring hace unos años. Aunque inicialmente la pelea contra Paul estaba programada para julio, Tyson tuvo que retrasarla por problemas de salud, específicamente por un brote de úlceras.
Retornar al más alto nivel en un deporte tan exigente como el boxeo no es sencillo, especialmente cuando el tiempo pasa y el cuerpo comienza a decir basta. Los riesgos no solo son físicos, sino también neurológicos. Y el caso de Tyson es aún más complejo: toda su carrera ha sido una constante lluvia de golpes en la cabeza, lo que podría ponerlo en mayor peligro al volver a pelear, según el Dr. Nitin K. Sethi, experto en neurología de la Universidad de Cornell.
Según el Dr. Sethi, los boxeadores mayores de 40 años son considerados de “alto riesgo” debido a que el cerebro de una persona mayor maneja las conmociones de manera diferente que el de alguien más joven. Tyson, con más de 40 años de experiencia en el boxeo, no está exento de los peligros de sufrir daños neurológicos crónicos.
Aunque muchos boxeadores continúan peleando después de los 40, las secuelas a largo plazo son una realidad. A largo plazo, las lesiones cerebrales pueden dar lugar a problemas como insomnio, mareos, o incluso signos de Parkinson y encefalopatía traumática crónica (CTE).
A pesar de la preocupación por los efectos a largo plazo, el boxeo sigue siendo uno de los deportes más emocionantes del mundo. Tyson, con su regreso, también ha reavivado el interés por el deporte, aunque algunos expertos se preguntan si esta vuelta podría traer más riesgos que beneficios para él.
La Comisión Atlética del Estado de Texas, que ha aprobado la pelea, ha impuesto varias restricciones para proteger a los boxeadores. La pelea será de ocho asaltos de dos minutos cada uno, con guantes de 14 onzas para ambos.
En resumen, Tyson regresa al ring, pero no sin levantar algunas cejas. La pregunta es: ¿está tomando demasiado riesgo por un combate más? ¡Este viernes lo sabremos!