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C. Tangana, o más bien Antón Álvarez Alfaro, ha dejado claro en varias entrevistas que su objetivo no es solo hacer música para ser escuchado. El madrileño de 32 años, conocido en el mundo de la música como C. Tangana, ha logrado una fama internacional, pero su mayor obsesión no es otra que trascender y convertirse en una figura cultural que suene en las voces de todos, sin que necesariamente se sepa quién es el autor.
“Lo que busco es que mi música pertenezca a todos“, nos dice C. Tangana, explicando cómo su meta es que sus composiciones no sean solo para el consumo inmediato, sino para que queden grabadas en la cultura popular. Así como las coplas flamencas que se cantan sin importar quién las escribió, él quiere que su música también sea parte del patrimonio de la gente.
En su más reciente trabajo, el himno del Celta, su desafío fue claro: componer algo que no solo fuera música, sino un símbolo para los aficionados del club. Aunque se reconoció como un artista que generalmente hace lo que le viene en gana, el proceso de crear este himno le mostró un nuevo reto: tratar de complacer a una multitud. “No estoy acostumbrado a estar en esa posición, pero ha salido bien”, asegura.
El tema, titulado “Oliveira Dos Cen Anos”, celebra los 100 años del club y C. Tangana ha cedido el protagonismo a la gente del lugar: el himno fue interpretado por grupos locales como la Coral Casablanca y la agrupación femenina de panderetas Lagharteiras. De hecho, en el video de la canción, la imagen de C. Tangana es casi inexistente. “Me obsesiona la trascendencia cultural y eso me lleva a alejarme del protagonismo personal”, explica. “Quiero que la música se quede con la gente, sin que importe quién la compuso”.
El artista también resalta la influencia de la cultura gallega en su obra, especialmente en un país donde el matriarcado tiene una gran presencia. Para él, las mujeres gallegas son las verdaderas guardianas del folclore local, y es su fuerza la que quiso capturar en su creación, evitando caer en lo obvio de las alusiones al fútbol.
Por otro lado, C. Tangana no ha dejado de lado sus raíces urbanas. Aunque ahora su música se mezcla con sonidos más tradicionales, el rap sigue siendo su punto de partida. “Sigo siendo rapero, pero ahora trato de buscar algo más profundo”, nos comenta. Su incursión en géneros como el reguetón y el pop no fue una simple moda, sino una manera de fusionar lo moderno con lo folclórico, dándole una vuelta a los ritmos que predominan en la escena musical actual.
Con artistas como Rosalía, Jorge Drexler o José Feliciano, C. Tangana ha demostrado que sabe colaborar con los más grandes y aprender de ellos. “Ellos son mis maestros, los verdaderos referentes culturales”, asegura.
En cuanto al futuro, C. Tangana sigue buscando nuevos horizontes. Entre sus posibles colaboradores están Bizarrap, Peso Pluma, y hasta artistas más cercanos al corrido tumbado mexicano, a quien admira mucho. Sin duda, su carrera promete seguir sorprendiendo, siempre con esa mezcla de rebeldía y profundidad que lo ha caracterizado.
