La violencia derivada de las actividades de las bandas criminales sigue siendo uno de los temas más delicados en México. En un artículo publicado en su página oficial, el empresario Ricardo Salinas Pliego, uno de los hombres más acaudalados del país, destacó la fuerza que han alcanzado estos grupos, señalando que incluso podrían desafiar al Ejército Mexicano en términos de poder.
El magnate, con una fortuna estimada en 13,400 millones de dólares, escribió junto con Walter E. Block una reflexión desde un enfoque anarco-capitalista. En su opinión, tanto el gobierno como las bandas criminales actúan como estructuras organizadas que extorsionan a la población, una a través de impuestos y la otra mediante extorsiones. Para Salinas Pliego, no existe una diferencia real entre ambas, más allá de la legitimidad que la primera ha construido a través de relaciones públicas.
A pesar de que este análisis es defendido por un pequeño sector de libertarios, el grueso de quienes apoyan el libertarismo considera que el gobierno debe restringirse a funciones básicas: la defensa militar, las fuerzas del orden y un sistema judicial que garantice la justicia. Salinas Pliego argumenta que los abrazos y medidas indulgentes no son la solución contra los criminales. En su opinión, deben tratarse con firmeza.
El empresario propone una solución radical: legalizar todas las drogas sin excepción. Explica que gran parte de los recursos económicos de las bandas provienen del tráfico de sustancias ilícitas. Al legalizar y regular estas drogas, las organizaciones criminales perderían su principal fuente de ingresos, volviéndolas más vulnerables a las fuerzas de seguridad.
Para respaldar su postura, Salinas Pliego menciona el caso de Estados Unidos durante la era de la prohibición del alcohol. Entre 1920 y 1933, las mafias se enriquecieron al controlar el suministro de alcohol. Sin embargo, al legalizarlo, estas organizaciones perdieron un flujo significativo de dinero, debilitándose considerablemente.
A pesar de que esta propuesta parece atractiva en teoría, Salinas Pliego admite las complicaciones prácticas. Si México adoptara una medida de este tipo, podría convertirse en un paria internacional, enfrentando condenas de la ONU y provocando reacciones adversas de políticos estadounidenses que promueven políticas patrioteras y podrían abogar por una intervención militar en México. Además, los políticos mexicanos que respaldaran esta idea se enfrentarían a serias repercusiones.
El empresario concluye que, dada la presión internacional y los riesgos políticos, México no tiene muchas opciones más allá de mantenerse al margen de las operaciones del narcotráfico. Aunque la propuesta de Salinas Pliego es polémica, pone sobre la mesa la necesidad de discutir estrategias innovadoras para enfrentar a las bandas criminales que asolan al país.