Durante muchos años, la imagen de México y sus trenes estaba asociada a “La Bestia”, el tren de carga por donde miles de migrantes viajaban en su recorrido hacia el norte. Pero, ¡eso está cambiando! 🚀
El gobierno mexicano está apostando fuerte por el regreso de los trenes de pasajeros, con una inversión sin precedentes. De hecho, este regreso marca la recuperación de un medio de transporte que había quedado en el olvido desde los años 70. Entre los proyectos más destacados ya en operación están el Tren Maya, que recorre la hermosa península de Yucatán, y el Tren Interoceánico, que conecta el Pacífico con el Golfo de México. Además, el Tren Interurbano, que es usado por miles de trabajadores y estudiantes que viajan entre la Ciudad de México y Toluca, sigue sumando pasajeros día tras día.
También se está construyendo un Tren Suburbano que permitirá a los viajeros acceder más rápido al nuevo aeropuerto de la Ciudad de México, el AIFA, ¡y se vienen más líneas! El plan de la presidenta Claudia Sheinbaum incluye grandes proyectos ferroviarios, como las rutas México-Querétaro y México-Pachuca, además de reabrir otras tres rutas históricas: México-Veracruz, México-Nogales y México-Nuevo Laredo.
Según Sheinbaum, estos proyectos no solo son clave para el desarrollo regional, sino también para generar empleos, turismo y prosperidad compartida. De hecho, ya ha destinado 7.500 millones de dólares para este ambicioso plan.
¿Por qué los trenes?
Los expertos dicen que los trenes son más eficientes, seguros, cómodos y menos contaminantes que otros medios de transporte. Benjamín Alemán, profesor de Economía y consultor de la industria ferroviaria, explica que, si bien la inversión es alta, los beneficios a largo plazo en términos de movilidad y sostenibilidad son claros. Sin embargo, también señala que el reto está en asegurar que los proyectos estén bien planificados y cuenten con suficiente presupuesto, no solo para la construcción, sino también para el mantenimiento. ¡Y es que los trenes, aunque súper útiles, también necesitan plata para mantenerse en marcha!
Trenes en marcha: ¿éxito o desafío?
El Tren Maya ha sido uno de los proyectos más polémicos de la administración de Andrés Manuel López Obrador. Con una inversión récord de 30.000 millones de dólares, este tren ha comenzado a operar en la península de Yucatán, llevando a casi 400.000 pasajeros en sus primeros meses, aunque ha enfrentado críticas por su impacto ambiental en la selva y su rentabilidad a largo plazo.
Por otro lado, el Tren Interurbano, que conecta la Ciudad de México con Toluca, ha sido un éxito con 1,8 millones de pasajeros en los primeros meses de este año, aunque su costo se duplicó a 10.000 millones de dólares debido a varios retrasos.
El Tren Interoceánico, que conecta los puertos de Salina Cruz con Coatzacoalcos, ha tenido menos éxito en cuanto a afluencia de pasajeros, con solo unos 7.200 usuarios al mes. Sin embargo, esta línea comparte su infraestructura con el tren de carga, lo que ayuda a justificar su inversión.
Nuevos proyectos en puerta.
Entre los proyectos más esperados está la extensión del Tren Suburbano hasta el Aeropuerto Felipe Ángeles (AIFA), que se espera esté en funcionamiento en 2025, además de nuevas líneas hacia Pachuca y Querétaro, con una inversión de 3.000 km de vías férreas.
Claudia Sheinbaum está totalmente comprometida con seguir adelante con estos proyectos, viendo los trenes como una alternativa económica y eficiente frente a los actuales sistemas de transporte por carretera o avión.
¿Una apuesta acertada?
El regreso de los trenes a México es una apuesta que puede cambiar las reglas del juego para la economía y la conectividad del país. Pero, como cualquier gran proyecto, hay desafíos: costos, falta de transparencia y cuestionamientos sobre su impacto ambiental. Además, algunos expertos como Alemán apuntan que, si bien las líneas en el centro y norte del país pueden ser un éxito, cubrir distancias largas, como México-Nogales o México-Nuevo Laredo, podría ser una tarea más complicada.
Así que, aunque el regreso de los trenes trae muchas expectativas, también hay que ver cómo se manejan los detalles. Pero una cosa es clara: ¡el futuro ferroviario de México está más cerca que nunca!