¿Sexo por dinero a punto de dar a luz? Ahora las trabajadoras del sexo en #Bélgica tienen #DerechosLaborales. 😲💼

Sophie, que prefiere mantener el anonimato, nos cuenta su historia: trabajó hasta la última semana de embarazo, ¡a tan solo una semana de dar a luz! “Tuve que tener sexo por dinero embarazada de 9 meses”, relata. Ser madre de cinco hijos y trabajar en la prostitución es una combinación “muy difícil” para ella.

A pesar de que los médicos le recomendaron reposo tras una cesárea, Sophie no podía permitirse estar en cama. “No podía dejar de trabajar, el dinero era indispensable”, comenta. ¿Qué le hubiera hecho la vida más fácil? Tener derechos laborales, como una baja por maternidad, algo que ahora las trabajadoras del sexo podrán disfrutar gracias a una nueva ley histórica.

Bélgica hace historia.


Con esta nueva legislación, Bélgica se convierte en el primer país en el mundo en otorgar derechos laborales a las trabajadoras sexuales. Ahora, las y los trabajadores del sexo podrán contar con contratos de trabajo, seguro médico, pensiones y bajas por maternidad y enfermedad. En pocas palabras: la prostitución será tratada como cualquier otro empleo.

“Es una oportunidad para que existamos como personas”, dice Sophie, quien celebra esta ley como un gran avance. Aunque, como siempre, no todo el mundo está contento con la decisión. Algunos críticos aseguran que la prostitución sigue siendo una actividad que conlleva explotación y abusos. Julia Crumière, voluntaria de la ONG Isala, cree que la ley normaliza una profesión violenta y no evitará la trata.

Un paso radical.


Erin Kilbride, investigadora de Human Rights Watch, califica esta ley como un paso radical y el mejor avance hasta el momento para las trabajadoras del sexo a nivel mundial. “Necesitamos que otros países sigan este ejemplo”, afirma. Aunque algunos sostienen que el comercio sexual no desaparecerá con leyes como esta, muchos coinciden en que sacar la prostitución de las sombras es un paso importante para la seguridad y dignidad de las mujeres involucradas.

¿Una industria más segura?


Mel, otra trabajadora del sexo, también celebra los cambios que traerá esta ley. Recuerda cuando fue obligada a tener sexo sin protección, a pesar de que había una infección en su lugar de trabajo. “Me sentí atrapada, mi opción era contagiarme o no ganar dinero“, dice. Ahora, con la ley en vigor, podrá rechazar actos sexuales con los que no se sienta cómoda y, si es necesario, recurrir a la protección legal.

Para muchas, esta ley llega tarde. La pandemia de COVID-19 reveló lo vulnerables que eran en su trabajo. Las protestas en 2022, lideradas por Victoria, presidenta de la Unión Belga de Trabajadoras del Sexo (UTSOPI), fueron clave para impulsar esta legislación. Según Victoria, la prostitución no es solo sexo, es ofrecer compañía a quienes lo necesitan, y por fin sus derechos serán reconocidos.

Un negocio que puede cambiar.


Por supuesto, la nueva ley también tiene implicaciones para los empresarios. Según Kris Reekmans, propietario de un salón de masajes eróticos, los malos empleadores desaparecerán, ya que quienes tengan antecedentes penales no podrán contratar a trabajadoras sexuales.

Mel, al igual que muchas otras, ve la legitimación de la prostitución como una forma de dar más poder y seguridad a las trabajadoras del sexo. Pero no todos piensan lo mismo. Para Julia, aunque el botón de alarma en cada habitación pueda sonar como un avance, aún se enfrenta a la pregunta difícil: ¿realmente se puede hacer que el trabajo sexual sea seguro?

Un tema controvertido.


A pesar de las mejoras, las dudas persisten. La industria del sexo sigue siendo un tema polémico, y no hay consenso sobre cómo regularla correctamente. Sin embargo, Mel cree que este cambio puede ser el primer paso para que las trabajadoras del sexo, que hasta ahora vivían en las sombras, puedan tener una vida más segura y respetada.

Autor Itzel G. Bandala

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