Truong My Lan, una de las mujeres más poderosas de Vietnam en el mundo inmobiliario, está en una batalla desesperada para evitar la pena de muerte. A sus 68 años, acaba de perder su apelación contra una sentencia que la condena a morir tras ser hallada culpable de orquestar el mayor fraude bancario del país.
¿El precio de la redención? ¡Nada menos que US$9.000 millones!
La ley vietnamita dice que si Truong puede devolver al menos el 75% del dinero malversado, su sentencia podría cambiar a cadena perpetua. El problema es que, según los fiscales, ella desvió unos US$27.000 millones y malversó otros US$12.000 millones, un total de US$44.000 millones. 😱
Aunque el tribunal más alto de Vietnam rechazó la apelación, aún tiene una última oportunidad: devolver US$9.000 millones (tres cuartas partes de lo que robó) y podría salvar su vida.
¿Cómo lo hará?
Truong no se da por vencida. Ha estado tratando de vender propiedades de lujo, acciones y hasta pidiendo préstamos a amigos para juntar los US$9.000 millones que le exigen. Sin embargo, el proceso está siendo más difícil de lo que esperaba, ya que muchas de sus inversiones están en bienes raíces y la venta de estos activos toma tiempo.
Para poner las cosas en perspectiva, la magnate tenía una gran fortuna, desde hoteles hasta propiedades de lujo. En los años 90, se convirtió en una de las principales empresarias del país, liderando el Grupo Van Thinh Phat. Pero su caída fue igual de espectacular, siendo condenada en el marco de una campaña anticorrupción liderada por el Partido Comunista.
¿Por qué el Estado vietnamita está tan preocupado?
Las autoridades creen que si Truong no paga, el Saigon Commercial Bank (uno de los bancos más grandes de Vietnam) podría colapsar. De hecho, se ha invertido mucho dinero público en recapitalizar el banco y evitar una crisis financiera.
Los abogados de Truong argumentan que si estuviera sentenciada a cadena perpetua, tendría más tiempo para vender sus propiedades a un precio mejor, lo que le permitiría pagar la indemnización que le exigen. Pero los jueces no se dejaron convencer, y ahora ella tiene que correr contra el tiempo para evitar la ejecución.
El futuro de Truong sigue siendo incierto.
Vietnam no es un país que revele fácilmente cuántos presos están en el corredor de la muerte, pero se estima que hay más de 1.000 personas esperando sentencia. Aunque las ejecuciones suelen tardar muchos años, no hay garantías de cuándo podría llegar la pena para Truong si no logra reunir el dinero a tiempo.
Por ahora, su única esperanza es reunir los US$9.000 millones antes de que sea demasiado tarde. Si lo logra, tal vez su vida se salve. De lo contrario, su destino estará sellado.