Ni siquiera el polémico Donald Trump, conocido por su estilo directo y su desdén por lo tradicional, parece tener claro cómo manejar el complicado escenario internacional que lo espera al asumir la presidencia en enero. El panorama global está que arde, y el giro inesperado en Siria podría ponerlo a prueba desde el primer día.
“Parece que el mundo se está volviendo loco”, soltó el mandatario electo durante un encuentro en París con el presidente francés, Emmanuel Macron. Mientras tanto, la caída del régimen de Bashar al-Assad sacudió a Medio Oriente, generando un vacío de poder que no se sabe quién llenará.
🌀 El colapso de Assad, un dolor de cabeza inesperado.
La rápida caída del régimen sirio representa un reto para Trump, quien ha manifestado su intención de mantener a Estados Unidos fuera de los conflictos de la región. Sin embargo, las nuevas circunstancias podrían obligarlo a reconsiderar. Trump, desde Truth Social, expresó: “No es nuestra lucha. Dejen que las cosas sigan su curso”. Pero, según analistas, su postura podría cambiar si la situación amenaza directamente los intereses de seguridad nacional.
Por su parte, Markwayne Mullin, senador republicano, dejó claro que Estados Unidos solo intervendrá si la seguridad del país está en juego, postura que refleja el enfoque pragmático que podría adoptar Trump.
🎯 Un tablero geopolítico reconfigurado.
El reacomodo político tras el derrocamiento de Assad también abre oportunidades y tensiones para otros objetivos internacionales. Trump ya apuntó que esta derrota afecta a aliados clave como Rusia e Irán, lo que podría empujar a Vladimir Putin a negociar el fin de la guerra en Ucrania. Sin embargo, los críticos temen que un posible acuerdo, bajo la presión de Trump, ceda territorio ucraniano a Rusia y debilite las garantías de seguridad en Europa del Este.
Además, el contexto actual pone sobre la mesa otras prioridades. Desde Siria hasta Corea del Norte, pasando por la creciente influencia de China, el próximo presidente se enfrenta a una compleja red de desafíos interconectados. El conflicto en Ucrania, combinado con el apoyo mutuo entre Irán, Rusia y Corea del Norte, podría empujar a Trump a tomar decisiones difíciles que podrían redefinir el papel de Estados Unidos en el mundo.
🚨 ¿Qué sigue para Medio Oriente y el mundo?
El vacío de poder en Siria podría transformarse en un refugio para grupos extremistas, un riesgo que Washington no puede ignorar. Aunque Trump ha evitado prometer un mayor involucramiento militar, deberá decidir si mantener a las tropas estadounidenses en la región para prevenir un resurgimiento del ISIS.
Por ahora, el presidente electo observa y espera, pero el reloj no se detiene. La caída de Assad podría traer estabilidad para aliados como Israel o, por el contrario, sumir a Siria en un caos aún mayor. Las decisiones que tome Trump en los próximos meses no solo marcarán su presidencia, sino también el rumbo de un mundo que sigue cambiando a toda velocidad.