Aunque Bolivia es uno de los países más pobres de Sudamérica, en los últimos 15 años había logrado mantener a raya el aumento de los precios, gracias a políticas públicas que favorecían el mercado interno. Pero hoy, la historia es otra. El país enfrenta una grave crisis económica que ha disparado los precios, al igual que en Argentina, y la falta de dólares se ha convertido en uno de los problemas más grandes.
A pesar de sus esfuerzos, la inflación en Bolivia subió al 5.5% en septiembre, el nivel más alto en años. ¡Un golpe fuerte para la economía local! 😤 La gente está empezando a quejarse porque los precios de los alimentos básicos, como el arroz y el pan, siguen subiendo sin control.
El déficit fiscal es el principal culpable. Bolivia lleva años gastando más de lo que ingresa, y desde 2023 la situación se ha puesto aún más difícil debido a la caída de las exportaciones de gas, el principal motor de su economía.
En un intento por aliviar el golpe, el gobierno de Luis Arce recurrió a las reservas internacionales para subsidiar el precio de los combustibles, lo que también está afectando las reservas de dólares del país. Las cifras son alarmantes: de US$15,000 millones en 2015, ahora las reservas caen a solo US$1,900 millones.
Para empeorar las cosas, desde el año pasado, el gobierno comenzó a limitar los retiros de dólares y a controlar más estrictamente el uso de tarjetas de crédito. ¡Y no solo eso! La escasez de divisas también ha disparado la demanda de dólares en el mercado paralelo. Comerciantes como José Ignacio, de La Paz, ya no confían en la moneda local y se están protegiendo con dólares antes de que los precios sigan subiendo.
Y aunque el gobierno intenta controlar la situación, con medidas como la compra de productos básicos a productores locales o los subsidios en el precio de los combustibles, las políticas de control de precios no parecen ser suficiente para frenar la inflación que amenaza con seguir escalando.
En las calles, la situación es desesperante. María de Lourdes, una vendedora en La Paz, asegura que su salario no alcanza para cubrir el aumento de los precios y hasta pide el regreso de Evo Morales para que la economía recupere el rumbo. No es para menos, los precios suben y la gente siente que no tiene margen para adaptarse.
Para los economistas, la falta de reservas de divisas sigue siendo uno de los grandes problemas de Bolivia, al igual que en Argentina, donde la crisis del dólar también ha sido una constante.
Alex Nery, profesor de economía, explica que sin reservas suficientes, Bolivia se ve en una situación similar a la de su vecino argentino: una economía vulnerable, que lucha por defender el tipo de cambio y por evitar el aumento de precios que afecta a la gente en lo cotidiano.
En resumen, la economía boliviana se enfrenta a un panorama incierto, y si no se toman medidas urgentes, la crisis podría empeorar. La gente en las calles ya está viendo de cerca cómo las desigualdades económicas se profundizan.