La tensión política en Corea del Sur llegó a su punto máximo este fin de semana, cuando el Parlamento aprobó un impeachment para destituir al presidente Yoon Suk Yeol. Esta histórica decisión ocurre después de que Yoon sorprendiera al país, anunciando la ley marcial el pasado 3 de diciembre, algo que no se veía en el país desde hace 40 años.
La declaración de Yoon, que mencionaba una supuesta amenaza de Corea del Norte y “fuerzas antiestatales”, dejó a muchos en shock. Pero pronto quedó claro que no se trataba de un problema externo, sino de sus propios desafíos políticos internos. La reacción del pueblo no se hizo esperar: protestas masivas obligaron al presidente a retractarse y retirar la ley marcial. 🚨
¡Impeachment aprobado! Los diputados opositores no tardaron en organizarse y presionar por la destitución de Yoon. Después de un primer intento fallido la semana pasada, el Parlamento logró reunir los votos necesarios este sábado: 204 a favor, 85 en contra, con tres abstenciones y cuatro votos nulos. Este resultado implica que Yoon queda suspendido de su cargo inmediatamente, y el primer ministro, Han Duck-soo, asume el puesto de presidente interino.
En un mensaje de respuesta, Yoon comentó que “detendría temporalmente” su viaje, pero “no se rendirá”. Insistió en que continuará trabajando por el país, aunque su destitución aún depende de un juicio final ante el Tribunal Constitucional, que decidirá en las próximas semanas si mantiene el impeachment.
Próximos pasos: Si seis de los nueve miembros del Tribunal votan a favor, Yoon quedará fuera del poder definitivamente y se convocarán elecciones presidenciales dentro de los 60 días posteriores. Mientras tanto, Han Duck-soo, presidente interino, ha prometido “restaurar la normalidad” y mantener fuertes relaciones con aliados como EE. UU. y Japón, subrayando la prioridad de la seguridad nacional frente a Corea del Norte.
La noticia no solo causó un fuerte alboroto político, sino también una reacción ciudadana inmediata. En las calles de Seúl, los seguidores del impeachment celebraron con música y fuegos artificiales, mientras que los simpatizantes de Yoon se mostraron visiblemente preocupados. En las afueras del Parlamento, una manifestante lloraba preocupada por el futuro del país.
Este evento marca la tercera vez en la historia de Corea del Sur que se somete a un presidente a un proceso de destitución. La primera fue en 2004 con Roh Moo-hyun, quien fue reinstaurado después de que el Tribunal Constitucional revocara su destitución. En 2016, fue el turno de Park Geun-hye, quien enfrentó un escándalo de corrupción.
Finalmente, las reacciones internacionales no se hicieron esperar. La Unión Europea y Estados Unidos han respaldado el proceso democrático y constitucional en Corea del Sur, destacando la importancia de resolver la crisis de manera ordenada.