¿Un reencuentro frustrado? La historia del #Prisionero con amnesia liberado en #Siria. 🕊️

La caída del régimen de Bashar al Assad trajo consigo una noticia que hizo temblar corazones en Jordania. Bashir al Batayneh, un anciano de 83 años originario de Irbid, llevaba 38 años esperando noticias de su hijo Osama, desaparecido en Siria en 1986.

Osama, entonces un joven de secundaria, había pedido viajar a Siria por una semana durante sus vacaciones de verano, pero nunca regresó. La familia vivió décadas de angustia, hasta que un video viral encendió una chispa de esperanza.

En las imágenes se veía a un hombre saliendo de la infame prisión de Saydnaya, cerca de Damasco, diciendo simplemente: “Soy de Irbid”. Poco después, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Jordania confirmó que un ciudadano jordano, que había perdido la memoria, había sido repatriado.

El reencuentro con la familia Al Batayneh en Irbid fue emotivo, aunque lleno de incertidumbre. “Me tomó la mano y la besó muchas veces”, relató el padre a la BBC, describiendo al hombre como “un esqueleto, irreconocible”. Sin embargo, algo no cuadraba: a pesar de que parecía identificar fotos familiares y mencionó el nombre de su madre, una prueba de ADN confirmó que no había relación genética con la familia Al Batayneh.

La búsqueda de identidad del prisionero misterioso.🔍

La confusión no tardó en extenderse. Mientras el hombre era trasladado a un hospital en Amán, Jordania, surgieron versiones contradictorias sobre su origen.

En redes sociales, una persona afirmó que el hombre era un sirio de Tartús, con quien había compartido prisión. Otra mujer, Catalina Saadeh, aseguró que el liberado podría ser Habib Saadeh, su pariente secuestrado en Beirut en 1986 por la inteligencia siria.

La familia Saadeh, convencida de que podría tratarse de su familiar desaparecido, anunció que enviará pruebas de ADN desde Kafroun Saadeh, su pueblo natal, para confirmar la identidad.

Por otro lado, en Jordania, la familia Bashtawi también tiene sus sospechas. Según Qasim Bashtawi, su primo Ahmed, un combatiente palestino, fue secuestrado en el Líbano y trasladado a la misma prisión en 1995. “Siempre creímos que estaba vivo, pero no pudimos obtener información por las amenazas de las fuerzas sirias”, señaló Bashtawi, quien planea realizar pruebas genéticas para esclarecer el caso.

El drama de Saydnaya y la búsqueda que no termina.

Mientras tanto, la familia Al Batayneh se enfrenta a una desgarradora mezcla de esperanza y frustración. “Hemos hecho todo lo posible para encontrarlo. Mi madre perdió la vista por el dolor y murió hace años sin respuestas”, confesó Mohammed, el hermano de Osama.

La prisión de Saydnaya es conocida por historias atroces, incluyendo rumores de cadáveres disueltos en ácido, pero la familia no pierde la fe en encontrar a su ser querido. “Seguiremos buscándolo hasta saber si está vivo o muerto”, aseguró Mohammed.

Aunque el hombre liberado aún no ha sido identificado, su caso pone en evidencia las heridas abiertas de miles de familias que siguen buscando a sus desaparecidos tras años de represión y violencia en Siria.

Autor Itzel G. Bandala

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