Seguro que alguna vez te has preguntado si sería una opción beber agua de mar en caso de quedarte a la deriva. 🤔 ¡Pero no caigas en la tentación! Aunque el agua salada esté literalmente a tu alrededor, hacerlo podría ser tu peor enemigo.
Beber agua de mar no hidrata, deshidrata a velocidades sorprendentes.
Cuando sentimos sed, lo que está en juego es nuestro delicado balance de agua y sales. El cuerpo humano está compuesto en gran parte por agua, y esta es esencial para todas nuestras funciones vitales. Pero, a pesar de que el agua es el medio donde se dan todas nuestras reacciones metabólicas, estamos en un ambiente seco y, por tanto, perdemos agua constantemente a través de la piel, la orina, e incluso con la respiración.
Cuando perdemos demasiada agua, el cuerpo responde activando un sistema para alertarnos que necesitamos beber más: la sensación de sed. Así, cuando consumimos agua fresca, el cuerpo la absorbe y, de vuelta al equilibrio, recuperamos el volumen sanguíneo necesario para funcionar correctamente.
Pero si el agua que bebemos tiene sal, las cosas cambian. Al ingerir agua de mar, el intestino absorbe tanto el agua como las sales disueltas en ella. Y aquí es donde empieza el problema.
El agua de mar contiene una cantidad de sal que nuestro cuerpo no puede procesar eficientemente. De hecho, para eliminar la sal extra, nuestros riñones intentarían excretarla en la orina, pero esto nos dejaría aún más deshidratados. Para ponerlo en perspectiva, deberíamos orinar el doble de lo que hemos bebido para deshacernos de toda la sal.
Además, el agua de mar tiene otras sustancias como el sulfato magnésico, que impide que el agua se absorba en el intestino. ¡Es un cóctel de deshidratación y problemas digestivos!
Pero, ¿qué pasa con los animales marinos? 🐋🐬
La naturaleza ha diseñado soluciones muy ingeniosas para los animales que viven en el mar. Aunque uno podría pensar que los peces y otros seres marinos no tienen que preocuparse por la deshidratación, ¡también deben hacer esfuerzos para mantener el equilibrio de agua y sales!
Los peces óseos, por ejemplo, no orinan de la misma manera que nosotros, lo hacen a través de las branquias. Los tiburones y otros como las ballenas tienen un sistema más raro, eliminando las sales por las heces. Lo impresionante es que los mamíferos marinos, como ballenas y delfines, no beben agua de mar en absoluto.
Estos mamíferos se hidratan de manera sorprendente: “roban” el agua que necesitan de las presas que cazan. Además de obtener agua de la sangre de los animales que consumen, su cuerpo genera agua de manera metabólica a partir de los alimentos que digieren. Este proceso se llama respiración celular, y es esencial para ellos, ya que les permite generar agua como subproducto de su metabolismo.
Así que, mientras nosotros necesitamos tener acceso a agua dulce para sobrevivir, estos mamíferos marinos tienen un sistema mucho más sofisticado y adaptado a su entorno. ¡Definitivamente una solución natural muy inteligente! 🌊