La presidenta Claudia Sheinbaum lanzó uno de los proyectos más ambiciosos de los últimos tiempos para darle un giro a la economía mexicana, justo cuando el país se encuentra en un momento crucial, especialmente con la incertidumbre que trae la llegada del segundo mandato de Donald Trump a la Casa Blanca.
A tan solo una semana del cambio de poder en Estados Unidos, los altos funcionarios del gobierno mexicano y líderes del sector empresarial se dieron cita en la Ciudad de México para escuchar la propuesta que Sheinbaum presentó con gran entusiasmo en una ceremonia oficial.
Entre las metas más destacadas del Plan México está lograr que la economía de México sea la décima más grande del mundo, incrementar la producción nacional para cubrir el 50% del consumo interno, crear 100 parques industriales para generar empleos y posicionar al país entre los cinco destinos turísticos más visitados a nivel global.
“Que todos los mexicanos sepan que tenemos un plan, que no estamos en incertidumbre y que, pase lo que pase, México tiene rumbo”, comentó Sheinbaum, transmitiendo confianza y optimismo, aunque sin mencionar directamente a Trump.
Para el secretario de Economía, Marcelo Ebrard, el plan es un “mapa de ruta para la nueva era de México”. A sus 42 años de experiencia en el servicio público, destacó que es el plan más completo que ha visto en su carrera.
Analistas económicos de todo el país han reaccionado positivamente a la propuesta, destacando la claridad en los objetivos y la manera de alcanzarlos. Sin embargo, algunos señalan que se ha dejado de lado el papel del sector obrero y sindical, que no fue suficientemente representado en la presentación.
Según Mario Campa, analista económico formado en el Instituto Tecnológico Autónomo de México, este es “al menos sobre el papel, el plan industrial más audaz de las últimas décadas”. Por su parte, Carlos Pérez Ricart, del Centro de Investigación y Docencia Económicas, ve el plan como una buena respuesta ante el panorama incierto del país, aunque considera que aún falta detallar algunos aspectos clave para su implementación.
Las grandes metas que Sheinbaum estableció incluyen:
- Lograr ser la décima economía mundial (hoy México ocupa el lugar 12 según el Banco Mundial).
- Alcanzar una inversión superior al 25% del PIB.
- Crear 1.5 millones de empleos especializados.
- Que el 50% de lo que consumimos sea producido en México.
- Aumentar la participación de México en las exportaciones globales hasta un 15%.
- Promover las compras gubernamentales nacionales.
- Fabricar vacunas mexicanas con biotecnología avanzada.
- Simplificar los trámites de inversión para que se realicen en un año en lugar de dos y medio.
- Generar 150,000 nuevos profesionistas y técnicos al año en sectores estratégicos.
Además, Sheinbaum presentó los Polos de Bienestar, 12 áreas clave donde se fomentará la industria de acuerdo a los recursos locales.
Con una visión de “Hecho en México”, Sheinbaum apuesta por fortalecer la producción nacional, sobre todo en sectores como el textil, calzado y mobiliario, que durante años fueron desplazados por importaciones de países como China.
A pesar del optimismo de la presidenta, algunos expertos como Pérez Ricart se muestran cautelosos respecto al presupuesto necesario para cumplir con estas ambiciosas metas, mientras que Campa resalta la importancia de un plan integral que aborde todos los aspectos, desde la infraestructura hasta la educación.
Sobre el impacto de la llegada de Trump, los analistas no ven una receta mágica, pero muchos coinciden en que el Plan México podría ser un instrumento clave de negociación para el país, especialmente en un contexto de proteccionismo global.
En resumen, aunque el futuro es incierto, el Plan México se presenta como una apuesta firme por la unidad nacional y el crecimiento económico. La pregunta ahora es: ¿será capaz México de alcanzar estas metas y superar los retos que se avecinan? 🙌