Este miércoles, las autoridades surcoreanas lograron arrestar al suspendido presidente Yoon Suk-yeol en un complejo operativo que duró varias horas, generando gran tensión en los alrededores de su residencia. Yoon, quien está siendo investigado por abuso de poder e insurrección, ha hecho historia al convertirse en el primer presidente surcoreano detenido mientras estaba en ejercicio.
La operación para arrestarlo comenzó a las 4:20 a.m. (hora local) y se extendió hasta pasadas las 10:00 a.m. Durante este tiempo, más de 1,000 agentes fueron recibidos por multitudes que se dividían entre quienes apoyan a Yoon y quienes están en su contra. Para llegar hasta él, los oficiales tuvieron que superar varias barreras, incluidas barricadas levantadas por sus propios escoltas.
Este arresto no fue el primero: el 3 de enero, un intento previo de detención había fracasado, ya que más de 150 policías fueron superados por una multitud de seguidores y por un muro humano de la guardia presidencial.
A pesar de que Yoon ya había sido destituido el 14 de diciembre por el Parlamento tras un episodio caótico relacionado con la ley marcial, se había refugiado en su residencia, evitando colaborar con las autoridades. Su juicio de destitución, que comenzó este lunes, no duró ni cinco minutos debido a su ausencia.
El arresto se hizo oficial este miércoles, y Yoon aceptó finalmente presentarse ante la Oficina de Investigación de la Corrupción (CIO). En un video, el presidente suspendido expresó que lo hacía para evitar “cualquier derramamiento de sangre”. Sin embargo, sus seguidores, que se mantenían firmes fuera de su residencia, siguen luchando por su libertad.
Tras ser detenido, Yoon será trasladado a una prisión en Uiwang, a unos 5 kilómetros de la sede de la CIO. Mientras tanto, el gobierno de Corea del Sur está siendo liderado por el ministro de Finanzas, Choi Sang-mok, quien se ha convertido en el presidente interino después de que el Parlamento destituyera a su primer sucesor.
El arresto de Yoon ha generado fuertes reacciones. El Partido del Poder Popular, que lo respalda, califica la detención de “ilegal”, mientras que la oposición celebra el hecho, considerándolo un paso hacia la restauración de la democracia.
Yoon, quien llegó a la presidencia en 2022 con una postura conservadora y firme contra Corea del Norte, terminó enfrentando un escándalo tras otro. Su decisión de declarar brevemente la ley marcial el 3 de diciembre desató caos en Seúl, lo que acabó con su caída política.
A pesar de los esfuerzos por bloquear su arresto, el proceso finalmente se completó, aunque el país sigue dividido. Mientras algunos aplauden la detención, otros aseguran que esto es solo el principio de una lucha mucho más larga.