En solo una semana, Donald Trump y Vladimir Putin han dado un giro inesperado al equilibrio de poder global. 😳
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Todo empezó el 12 de febrero, cuando los dos líderes hablaron por teléfono y acordaron restaurar sus relaciones y encontrar una salida a la guerra en Ucrania, tres años después de la invasión rusa. Desde ahí, las tensiones y el desconcierto se desataron.
Primero, en la Conferencia de Seguridad de Múnich, quedó claro que Estados Unidos y Europa no se ponen de acuerdo sobre cómo manejar la situación en Ucrania. Al mismo tiempo, una imagen impresionante recorrió el mundo: los ministros de exteriores de EE.UU. y Rusia reunidos en Riad (Arabia Saudita) en el primer encuentro entre ambas potencias desde el inicio del conflicto.
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Lo que sucedió fue un terremoto diplomático. Ucrania y Europa quedaron excluidos de las negociaciones, y Trump dejó claro que ya no apoyaba tanto a Zelensky, a quien acusó de ser el verdadero responsable de la guerra. Mientras tanto, Rusia celebraba lo que para muchos fue una victoria.
¿Un nuevo orden mundial está en marcha? Repasamos cómo se sucedieron los eventos más cruciales de esta semana que está marcando el futuro de Europa y del mundo.
La llamada que cambió todo.
El 12 de febrero, Trump y Putin hablaron durante una hora y media, el primer contacto directo entre ambos desde hace tres años. El acuerdo fue claro: ambos se comprometieron a empezar negociaciones para acabar con la guerra. Trump dijo que trabajarían “muy de cerca” para poner fin a las muertes que la guerra ha causado. Pero, en Ucrania, el día no fue tan positivo, pues el presidente Zelensky se dio cuenta de que el panorama cambiaba rápidamente.
De hecho, Trump también habló con Zelensky poco después y le dijo que la situación de Ucrania en la OTAN era “poco realista” y que la guerra no podría resolverse fácilmente con un regreso a las fronteras de 2014. Esto hizo que muchos en Ucrania y en Europa se sintieran cada vez más desconcertados por el acercamiento entre EE.UU. y Rusia.
Europa se siente excluida.
El enfrentamiento de visiones fue más evidente durante la Conferencia de Múnich, donde EE.UU. y Europa mostraron sus diferencias. El vicepresidente JD Vance de EE.UU. ni siquiera mencionó a Ucrania en su discurso y, en cambio, acusó a Europa de censurar la libertad de expresión y no manejar la inmigración.
En paralelo, el presidente Macron de Francia convocó a los líderes europeos en una cumbre en París, pero la división interna fue clara: algunos países rechazaron la idea de enviar tropas de paz a Ucrania, y Zelensky dejó claro que no iba a aceptar un acuerdo de paz que no incluyera a su país en la mesa de negociaciones.
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El encuentro en Riad.
Finalmente, el 18 de febrero, las delegaciones de EE.UU. y Rusia se sentaron en Riad para discutir cómo poner fin a la guerra en Ucrania. Fue la primera reunión entre ambas potencias desde el inicio del conflicto. En esta cumbre, Lavrov y Rubio llegaron a acuerdos sobre los siguientes pasos a seguir para conseguir una paz estable. Lo sorprendente es que, mientras esto ocurría, en Europa muchos interpretaron la reunión como un signo de que EE.UU. estaba acercándose más a Rusia y alejándose de la OTAN y sus aliados tradicionales.
El giro de Trump contra Zelensky.
Una de las cosas que más sorprendió fue el giro de Trump contra Zelensky. Tras la reunión en Riad, Trump acusó a Ucrania de ser la responsable del conflicto y lanzó duras críticas hacia el presidente ucraniano, a quien llamó “dictador” y “comediante”. Aseguró que no debería de ser él quien defina el futuro de Ucrania y que Zelensky debería “actuar rápido” o se quedaría sin país. Para Trump, la falta de elecciones en Ucrania era una prueba de su falta de legitimidad.
Este choque podría tener repercusiones serias en las relaciones entre EE.UU. y Ucrania, lo que podría cambiar por completo el equilibrio de poder en la región. Putin se siente cómodo, sabiendo que la **retórica de EE.UU. empieza a coincidir cada vez más con la de Rusia.
Como dicen algunos analistas, esto es algo sin precedentes y podría tener consecuencias dramáticas para la seguridad global.