Un asteroide que se acaba de descubrir, el 2024 YR4, ha levantado mucho polvo. La NASA calcula que tiene un 3,1% de posibilidades de impactar la Tierra en 2032, mientras que la Agencia Espacial Europea lo pone en un 2,8%. Y aunque parece poca probabilidad, ¡es mucho más alta que la de otros asteroides como Apophis, que antes tenía un 2,7% de riesgo!
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El motivo de estas diferencias entre las agencias está en las herramientas diferentes que usan para calcular la órbita del asteroide. Ambos números, sin embargo, son los más altos de las últimas dos décadas, lo que convierte a este asteroide en uno de los más peligrosos que hemos visto.
Pero, atención, porque todo puede cambiar: una actualización reciente de la NASA bajó la probabilidad a un 1,5% para diciembre de 2032. ¿Por qué? Pues porque ahora han tenido más tiempo para observarlo, y es que estos números son provisionales; cuanto más observan, más precisos se vuelven los cálculos.
Este asteroide, de unos 350 metros de diámetro, es el tipo de roca espacial que podría causar daños locales, pero no una catástrofe global como Apophis, que en su momento era considerado un 4 en la Escala de Turín (la calificación más alta). Por ahora, YR4 está en un 3, lo que significa que los astrónomos siguen de cerca sus movimientos.
Sin embargo, no todo está perdido. Como ya ocurrió con Apophis, la probabilidad de impacto podría bajar a cero a medida que se recogen más datos. En este caso, cuantos más datos tengamos, más pequeñas serán las posibilidades de que nos estalle en la cabeza. Y eso es lo que están haciendo: observando, observando y observando más.
Lo que hace que todo esto sea tan complicado es la órbita del asteroide, que todavía está por determinar con precisión. Los astrónomos saben que se encuentra en una órbita de cuatro años alrededor del Sol, pero prever su futuro es como tratar de adivinar el clima dentro de 20 años.
Por lo pronto, la escala de riesgos dice que este asteroide sigue siendo una amenaza, pero todavía hay esperanza. La NASA y otros telescopios seguirán vigilando para que, si hay algún cambio en su trayectoria, podamos reaccionar con tiempo.
Así que, si bien no podemos bajar la guardia, tampoco hay necesidad de entrar en pánico… ¡aunque el espacio sigue siendo un lugar lleno de sorpresas! 🌌