Este miércoles, Donald Trump firmó una orden ejecutiva que fortalece el poder de Elon Musk, quien, como líder del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), tendrá más control sobre cómo se gasta el dinero en las agencias federales. 🚀

La orden le da más autoridad a Musk para revisar a fondo los contratos y subvenciones, dándole el visto bueno para reducir, modificar e incluso cancelar acuerdos existentes. En pocas palabras, las agencias tendrán que trabajar de la mano con el equipo de DOGE para lograrlo.
El objetivo principal es empezar de inmediato a modificar contratos, con especial énfasis en aquellos relacionados con “instituciones educativas y entidades extranjeras” que estén involucradas en “despilfarro, fraude y abuso”. La idea es poner fin a lo que consideran mal manejo de recursos.
Además, la orden exige a las agencias un nuevo sistema para registrar cada pago que tenga que ver con contratos y subvenciones, y justificar cada uno por escrito. Aunque algunas agencias ya aplican esta práctica, ahora será obligatorio en todo el gobierno.
Esta medida llega después de la primera reunión de gabinete de Trump desde su regreso, donde Musk, aunque no es miembro oficial, brilló por su participación al hablar de su plan para reducir la burocracia y luchar contra lo que él ve como “fraude”, aunque sin presentar pruebas claras.
La decisión ha generado controversia, sobre todo entre empleados públicos, sindicatos y la oposición demócrata, quienes critican que Musk está tomando demasiado control sobre el gobierno, y señalan una falta de transparencia en sus acciones.
Musk ya había hecho movimientos como desmantelar la Usaid, congelar la ayuda humanitaria de Estados Unidos y ofrecer indemnizaciones a empleados públicos para que renunciaran, bajo la amenaza de despidos forzosos para quienes no aceptaran.
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