La inflación en EE.UU. dio una tregua en febrero, pero no nos engañemos, ¡la calma podría ser temporal! Aunque los precios se enfriaron un poquito, el presidente Donald Trump sigue subiendo la apuesta con su guerra comercial, lo que podría acabar afectando los bolsillos de los gringos.

El Índice de Precios al Consumidor (IPC), ese indicador que nos dice cómo suben o bajan los precios de lo que compramos día a día, marcó un 2,8% de aumento en los últimos 12 meses, lo que es una desaceleración comparado con el 3% de enero. Eso sí, en el mes, los precios solo subieron un 0,2% frente al 0,5% de enero. Vamos, que las cosas no se pusieron tan malas, pero la gente sigue con la mosca detrás de la oreja.
¿Por qué? Pues, los economistas ya se esperaban que la inflación se frenara, ya que los precios de la gasolina bajaron, y el costo de la vivienda también empezó a relajar un poco. Y aunque todo se ve bonito por ahora, el futuro sigue siendo incierto. Los futuros de las acciones subieron este miércoles gracias a estas noticias, con el Dow Jones ganando 320 puntos y el Nasdaq subiendo un 1,6%.
Ahora, lo que alivió un poco a la gente fueron los precios de los alimentos y la gasolina, que se mantuvieron estables. Incluso, los huevos -que estaban más caros que el oro por la gripe aviar- subieron solo un 10,4% en vez del 15,2% del mes anterior. Aunque ojo, siguen costando un 58,8% más que hace un año, ¡un desmadre!
El Departamento de Agricultura de EE. UU. dijo que los precios mayoristas de los huevos bajaron, porque la gripe aviar está perdiendo fuerza y la oferta se va recuperando. Así que ya no se ve tan oscuro para los productores que no están afectados.
Pero lo que no cambia es que los alimentos y el combustible siguen siendo los villanos en esta historia de inflación. Son lo que más sube de un mes a otro, por cuestiones como el clima, guerras, enfermedades o hasta problemas en la cadena de suministro.
En resumen, el IPC básico (que es el que mide los precios sin los alimentos y la energía) también resultó un poco mejor de lo que se pensaba, con un aumento de solo 0,2% en el mes (¡más bajo que enero!). Sin embargo, como dice Greg McBride, analista financiero de Bankrate, “aun con todo, la inflación en la vivienda sigue siendo un dolor de cabeza para las familias”. Y si a eso le sumamos los seguros de vehículos y el gas, ¡la cosa no está fácil!
Pero ojo, los expertos ya advierten que este informe podría ser solo un “respiro” antes de lo que viene. Seema Shah, estratega global de Principal Asset Management, no se cree mucho la calma, y dice que “esto podría ser solo la calma antes de la tormenta”. La Reserva Federal está esperando a ver qué pasa con las políticas arancelarias, porque si Trump sigue con su guerra comercial, los precios podrían dispararse otra vez.
Así que, aunque la cosa parece estar relajada por ahora, no nos confiemos, porque el panorama inflacionario podría volverse a poner feo en los próximos meses. 💸