Una noche que pintaba como cualquier otra en la planta de procesamiento Kekén, terminó en tragedia. Dos empleados perdieron la vida tras una caída de más de 5 metros, mientras realizaban labores en el área conocida como “Mesan”, dentro de las instalaciones ubicadas sobre la carretera Umán-Poxilá, a la altura del kilómetro 8.

Todo ocurrió cerca de las 7:30 pm, cuando un joven de entre 20 y 25 años y una mujer estaban usando una escalera. Sin embargo, de forma repentina, ambos cayeron al suelo. No está claro si la escalera falló o si resbaló por la cantidad de agua acumulada en esa zona de la planta.
Lo más indignante del caso no fue solo el accidente, sino la reacción de la empresa: Kekén no permitió el ingreso de los servicios de emergencia, ni de la Policía Estatal de Investigación (PEI), ni de la Fiscalía del Estado, a pesar de que ya había una persona sin vida.
Directivos de la empresa actuaron rápido… pero para ocultar todo. En lugar de pedir ayuda a los cuerpos de emergencia, mandaron llamar a ambulancias privadas, intentando manejar la situación por su cuenta. Incluso a la policía municipal de Umán, que había sido alertada por empleados, se le negó el acceso y se les dijo que “ahí no había pasado nada”.

Después de más de una hora de hermetismo total, fue hasta que los familiares del joven fallecido llegaron desesperados a pedir información, que finalmente las autoridades estatales pudieron entrar. Fue en ese momento que se confirmó oficialmente que sí había al menos un muerto en el sitio.
Lo peor es que los trabajadores fueron amenazados: se les revisaron los celulares, les obligaron a borrar fotos y se les advirtió que serían despedidos si hablaban con la prensa. Muchos de ellos nos contaron lo ocurrido con miedo, pero con la necesidad de que se sepa la verdad.
Esta no es la primera vez que pasa algo así, dicen. En Kekén los accidentes son frecuentes, pero los directivos siempre hacen lo posible por mantener todo bajo llave, evitando sanciones o multas por no garantizar la seguridad laboral.
Una familia quedó destrozada por este suceso, y todo apunta a que la empresa quiso silenciarlo para proteger su imagen. ¿Hasta cuándo se va a seguir permitiendo esto?