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En un giro que capta la atención de la nación, el exmandatario Donald Trump se prepara para ingresar a las instalaciones de la prisión del condado de Fulton en Georgia, conocida como ‘Rice Street’, el próximo jueves 24 de agosto. Esta cárcel, ubicada en el condado más poblado del estado, no es ajena a la controversia, ya que su reputación se ha visto ensombrecida por la violencia frecuente y la negligencia en la atención médica. A pesar de la prominencia de Trump, no se espera que reciba un trato especial en esta instalación.
El encarcelamiento de Trump se relaciona con acusaciones de conspiración ilegal para revertir los resultados electorales de Georgia en 2020. Sin embargo, esta cárcel no es exclusiva para figuras políticas, ya que otros acusados criminales han pasado períodos sustanciales bajo su techo antes de enfrentar cargos formales. Esta disparidad plantea interrogantes sobre el sistema de justicia y el tratamiento de los detenidos.
El proceso de llegada a la prisión involucra medidas de seguridad estándar, incluyendo controles y registros en el vestíbulo. Los reclusos son llevados a una sala multifuncional donde se realizan procedimientos como toma de huellas dactilares, fotografías policiales y evaluaciones médicas iniciales. Sin embargo, las condiciones pueden variar según las necesidades de seguridad de cada individuo, lo que podría implicar un proceso distinto para Trump.
Michael Harper, un abogado que ha examinado la prisión en el pasado y ha presentado demandas relacionadas con el tratamiento de reclusos, describe la sala de ingreso como un espacio amplio y concurrido. En ella, coinciden varios acusados a la vez, junto con el personal de la prisión y los guardias. No obstante, debido a la naturaleza excepcional de la figura de Trump, es posible que se realicen ajustes logísticos para asegurar su seguridad y privacidad.
En medio de esta preparación para su entrada a la prisión, Trump se enfrenta a un entorno que ha sido objeto de escrutinio por sus condiciones desafiantes. Apuñalamientos frecuentes, peleas violentas y deficiencias en la atención médica son parte del día a día de esta instalación, lo que ha llevado a investigaciones federales sobre su operación. Aunque la prominencia de Trump genera expectativas especiales, la cárcel ‘Rice Street’ parece estar lista para recibirlo sin distinciones, dejando al exmandatario expuesto a las mismas realidades que enfrentan otros reclusos en su interior.
