El #Megatúnel que unirá a #Dinamarca y #Alemania y que cambiará la forma de viajar en #Europa. 🚄💥

Una obra titánica se está cocinando debajo del mar Báltico, y no es cualquier cosa: Dinamarca y Alemania estarán conectadas por un túnel submarino de 18 kilómetros que promete revolucionar los trayectos entre Escandinavia y el resto del continente. ¿Lo más cañón? ¡Va a ser el túnel sumergido más largo del mundo para coches y trenes!

El túnel Fehmarnbelt es una joya de la ingeniería moderna: se están ensamblando 90 gigantescos segmentos prefabricados que se colocarán como piezas de Lego sobre el fondo del mar. Cada uno mide 217 metros de largo y pesa más de 73 mil toneladas, ¡una locura! Para moverlos, se sellan los extremos y se les ponen tanques de lastre que permiten que floten antes de ser sumergidos y colocados con una precisión milimétrica.

🛠️ Henrik Vincentsen, el director ejecutivo de Femern (la empresa estatal que está a cargo del proyecto), dice que “se están rompiendo récords”. Y sí, porque aunque hay otros túneles sumergidos, nunca se había hecho uno de este tamaño. Además, el proceso para alinearlos bajo el agua es de altísima precisión: usan grúas, GPS, cámaras submarinas y un sistema llamado pin and catch para colocar cada pieza como si fuera una cirugía.

Las obras principales están en la isla de Lolland, al sureste de Dinamarca, donde hay un complejo enorme que incluye una fábrica para producir los elementos del túnel y un puerto desde el cual se transportan.

💰 El proyecto tiene un costo aproximado de US$8.100 millones, financiado principalmente por Dinamarca, con US$1.400 millones aportados por la Comisión Europea. La idea es que, una vez en funcionamiento (planeado para 2029), las tarifas que paguen los usuarios sirvan para devolver los préstamos en unas cuatro décadas. “Al final, lo terminarán pagando los que lo usen”, dice Vincentsen.

Y sí, vale cada centavo, porque el trayecto entre Rødbyhavn (Dinamarca) y Puttgarten (Alemania) se reducirá a 10 minutos en auto o siete en tren, eliminando el ferry que hoy tarda 45 minutos. Además, el tren entre Copenhague y Hamburgo bajará de cinco a solo dos horas y media, y será una ruta mucho más verde 🌱.

¿Y por qué no un puente? Porque el clima no ayuda: los vientos fuertes pondrían en riesgo el tráfico, y los barcos podrían chocar contra la estructura. Por eso, después de muchos estudios, decidieron que el túnel era lo más seguro y económico, según explicó Per Goltermann, experto en estructuras de la Universidad Técnica de Dinamarca.

Claro, no todo ha sido miel sobre hojuelas. El proyecto fue aprobado desde 2008, pero enfrentó varios bloqueos, especialmente de operadores de ferry y ambientalistas alemanes, como Nabu, que alegaban daños a especies marinas. No fue sino hasta 2020 que un tribunal alemán dio luz verde para arrancar oficialmente.

Para mitigar el impacto ambiental, se están desarrollando iniciativas como un humedal recreativo de 300 hectáreas, construido con materiales dragados del fondo del mar.

El túnel contará con cinco tubos paralelos: dos para trenes, dos para coches (dos carriles por sentido) y uno extra para mantenimiento y emergencias.

Además de transformar el transporte, se espera que esta obra impulse la economía local en Lolland, una de las zonas más desfavorecidas de Dinamarca. “La gente de aquí lleva años esperando esto”, dice Anders Gert Wede, director de construcción, quien creció en la zona.

En resumen, no solo es un túnel. Es una puerta al futuro para Escandinavia, una conexión estratégica y un símbolo de lo que puede lograr la ingeniería moderna cuando se le apuesta en serio 💪🌍.

Autor Itzel G. Bandala

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