Aunque Canadá y Estados Unidos siempre han sido buenos vecinos, la cosa se ha tensado feo últimamente 😬. Y todo apunta a que Donald Trump quiere mucho más que una buena relación diplomática: sueña, literal, con absorber a Canadá y convertirlo en el “estado 51” de EE.UU. 🇺🇸🇨🇦.

Todo empezó con la pequeña isla Machias Seal, un pedazo de tierra casi perdido en el mapa, pero súper codiciado porque está rodeado de zonas de pesca de langosta 🦞. Allí, pescadores estadounidenses y canadienses llevan años peleándose por quién pone más trampas… y hasta ha habido golpes, lesiones y robo de trampas entre ellos.
Pero el tema va mucho más allá de las langostas:
👉 Trump ha impuesto aranceles a productos canadienses.
👉 Sugiere adueñarse del agua canadiense para aliviar la sequía en California 💧.
👉 Amenaza tratados ambientales sobre los Grandes Lagos 🌊.
👉 Se queja hasta de una biblioteca fronteriza compartida 📚.
Todo esto ha hecho que en Canadá el miedo a una posible anexión sea real. Incluso el primer ministro, Mark Carney, ha dicho que la “relación especial” con EE.UU. ya es cosa del pasado 💔.

Y no es solo por capricho: Canadá tiene un tesoro escondido que a Trump le encantaría controlar 😱:
- Tierras raras (minerales vitales para la tecnología)
- Petróleo, gas, madera, oro y carbón
- Acceso al Ártico, que será clave en el futuro.
Voces como la del periodista Jordan Heath-Rawlings y analistas internacionales aseguran que Trump quiere fortificar Norteamérica: menos guerras en otros continentes y más control de los recursos locales. En ese plan, Canadá es una joya demasiado valiosa para dejarla pasar 💎.
¿Será esto parte de una estrategia geopolítica seria? ¿O simplemente otro de los impulsos de Trump? 🤔 Nadie lo sabe con certeza… pero los canadienses ya se están preparando para lo peor.