Lo que por fuera parecen simples casas móviles o “trailers”, en realidad son hogares totalmente acondicionados y con todo el esfuerzo de cientos de familias trabajadoras. Un claro ejemplo es el de Ricardo Muñiz, quien desde hace 15 años vive con su esposa, su hijo y su suegra en una vivienda con cinco recámaras, tres baños y hasta garaje doble en el parque residencial Li’l Abner, al oeste de Miami.

Pero todo eso podría desaparecer muy pronto. La comunidad recibió una notificación de desalojo: tienen hasta el 19 de mayo de 2025 para irse. Y a cambio, el dueño del terreno —la empresa CREI Holdings, de la familia Rodríguez— ofreció compensaciones que van desde 14 mil dólares si se iban temprano, hasta apenas 3 mil si se van a última hora. ¡Una cantidad ridícula comparada con lo que han invertido! 😤
🔴 ¿Qué hay detrás de todo esto?
El terreno se va a transformar en un nuevo desarrollo de apartamentos, supuestamente “asequibles”, pero con precios que nadie de los actuales residentes puede pagar: hasta 2,600 dólares al mes por un departamento de dos habitaciones. ¿Dónde queda lo “asequible”? 🤔
El parque Li’l Abner, fundado en 1968, era uno de los últimos lugares accesibles para vivir en Miami, una ciudad donde la vivienda se ha disparado más del 50% desde 2019, según el índice del banco UBS. A pesar de que los vecinos invirtieron años y miles de dólares en mejorar sus casas, el cambio de manos en la administración lo cambió todo. Ahora, la empresa quiere demoler y reconstruir… sin importar a quién dejen atrás.
👥 Resistencia vecinal y tragedias.
Aunque muchas familias ya se fueron, unas 200 decidieron resistir. Algunas han presentado demandas colectivas contra la empresa, el condado y el municipio. Otros han vivido saqueos, incendios, pérdidas… y hasta muertes. Un veterano, al recibir la orden de desalojo, se quitó la vida. 💔

💬 “Nos dijeron que podríamos quedarnos aquí para siempre si invertíamos en nuestras casas”, cuenta Luis de la Paz, de 68 años, quien ve esta situación como un claro ejemplo de traición.
📍 Mientras tanto, el gobierno municipal guarda silencio. El alcalde de Sweetwater, José Díaz, no ha dado declaraciones, y los vecinos acusan al ayuntamiento de complicidad por permitir el cambio de zonificación que facilitó este desalojo masivo.
Historias que duelen.
👉 Vivian Hernández, una cubana de 60 años, vive con pánico desde que supo del desalojo. Vive con una pensión por discapacidad y no puede pagar un nuevo alquiler.
👉 Milagro Pérez, abogada venezolana, compró su casa dos meses antes del aviso, con todos sus ahorros. A su hijo, con Asperger, fue a quien le entregaron la notificación, y su reacción fue de terror.

📢 “Esto no es una casa móvil. Es mi hogar, mi vida, todo lo que tengo”, dicen muchos. Pero en los papeles, sus hogares siguen siendo “trailers”, lo que facilita legalmente su remoción.
🔎 Esta historia no solo habla de desalojo. Habla de injusticia, de promesas rotas, de familias trabajadoras contra una burbuja inmobiliaria que no para de crecer.
¿Y tú qué harías si te dijeran que tienes que dejar tu casa de toda la vida… por un proyecto que no puedes pagar? 🏠😭