Independientemente de si resulta ganador. Afirmó que durante el proceso encontraron numerosas irregularidades, algunas de las cuales fueron:
- Los representantes de los aspirantes eran funcionarios públicos.
- Se levantaron urnas sin la presencia de los representantes de los aspirantes.
- El levantamiento comenzó en un lugar diferente al acordado.
- Los números de las boletas de votación no coincidían con las actas.
- Hubo urnas sin actas o actas incompletas.
- Se detectaron inconsistencias en el levantamiento de la encuesta.
- Un representante fue registrado para dos casas encuestadoras.
- Existían paquetes sin las firmas o sellos correspondientes y falsificación de firmas.
Del total de encuestas realizadas en persona a 12,500 ciudadanos, el equipo de Ebrard señaló que el 14.4% de las urnas presentaban irregularidades o incidencias. Además, mencionaron la sustitución de nueve secciones que no pudieron ser encuestadas, lo que debilitó la integridad de la encuesta principal.
Ebrard argumentó que, debido al número de irregularidades y su impacto en las encuestas, era necesario repetir el ejercicio en lugar de intentar validar los resultados tal como estaban. Esta postura contrastaba con la del presidente López Obrador, quien afirmó que “todo había marchado bien” en el proceso interno y defendió su integridad. Ebrard negó deslealtad al partido y enfatizó su respeto por el voto y la transparencia del proceso.