La idílica localidad de Valle de Bravo, en el Estado de México, se enfrenta a una creciente ola de violencia, extorsiones y secuestros a pesar de la presencia de fuerzas federales. La situación se ha agravado en los últimos años, y las víctimas afirman estar bajo el control del cártel La Familia Michoacana.
En enero de 2020, Mario Vallejo Valdés, ex presidente de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC) en el Estado de México, alertó sobre la extorsión y el cobro de piso que asolaban municipios como Valle de Bravo e Ixtapan de la Sal. A pesar de las denuncias y la intervención de las autoridades, incluida la Guardia Nacional y el Ejército, el crimen organizado, en particular una célula de La Familia Michoacana conocida como el Sindicato Bicentenario, ha consolidado y ampliado su dominio en la región.
A principios de 2022, diversos sectores, desde constructores e industriales hasta hoteleros y prestadores de servicios en Valle de Bravo, se acercaron al presidente Andrés Manuel López Obrador para expresar su angustia. Se quejaron de vivir bajo amenazas de muerte y constante amedrentamiento debido a la negativa de pagar extorsiones y derechos de piso.
Esta situación de inseguridad ha generado una preocupación creciente en una de las zonas turísticas más destacadas de México, donde la violencia y el crimen organizado amenazan la paz y el bienestar de la comunidad. A pesar de los esfuerzos de las fuerzas de seguridad federales, la lucha contra la delincuencia sigue siendo un desafío en Valle de Bravo, dejando a los residentes y empresarios en un estado constante de temor.
La violencia y la extorsión están socavando la vida en esta pintoresca localidad, y los habitantes esperan medidas más efectivas por parte del gobierno para restaurar la seguridad y devolver la paz a su comunidad.