El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas ha dado luz verde para el despliegue de una fuerza armada multinacional en Haití, en medio de la creciente violencia de pandillas y la parálisis política en el país. Esto ocurre después de los llamados del primer ministro haitiano, Ariel Henry, y la solicitud de asistencia militar respaldada por el secretario general de la ONU, António Guterres, y Estados Unidos. La resolución fue aprobada con 13 votos a favor y las abstenciones de Rusia y China.
La fuerza multinacional, aunque aprobada por el Consejo de Seguridad de la ONU, no estará formalmente bajo el control de la organización. Se espera que sea liderada por Kenia, que ha ofrecido enviar 1,000 efectivos para liderar la misión, y ha recibido apoyo adicional de otros países vecinos de Haití.
Haití ha enfrentado una creciente violencia de pandillas que controlan gran parte de la capital, Puerto Príncipe, y han causado oleadas de asesinatos indiscriminados, secuestros y violencia generalizada. La crisis de seguridad también ha exacerbado problemas económicos, con una inflación del 50%, lo que ha dejado a millones de haitianos luchando por satisfacer sus necesidades básicas.
El anuncio de la misión militar ha recibido reacciones mixtas, con algunos argumentando que las misiones de paz de la ONU en Haití en el pasado han estado plagadas de escándalos y abusos. Sin embargo, el gobierno haitiano y la comunidad internacional esperan que esta misión pueda restaurar la seguridad y estabilidad en el país. El presidente de República Dominicana, Luis Abinader, la calificó como “un significativo avance para la pacificación de Haití”, mientras que Rusia expresó su desacuerdo con la medida.
La decisión de la ONU representa un nuevo capítulo en los esfuerzos por abordar la crisis en Haití, que ha estado luchando contra la inestabilidad política y la violencia durante años. Se espera que la misión no solo se enfoque en la seguridad, sino también en la reconstrucción política y económica de Haití.