El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha revisado al alza su pronóstico de crecimiento económico para México, elevándolo al 3.2% desde el 2.6% previamente estimado en julio. Esta mejora se atribuye a la resistencia del mercado interno impulsada por remesas, una disminución en la inflación y un mayor flujo de inversiones tanto públicas como privadas. La subdirectora de investigación económica en el FMI, Petya Koeva, destacó que México se perfila como uno de los beneficiarios del fenómeno de “nearshoring” en medio de la fragmentación geoeconómica. Además, se espera que la economía crezca un 2.1% el próximo año, aunque con una ligera desaceleración, lo que podría reflejar una actividad económica más moderada en Estados Unidos.
El FMI resalta que México está bien posicionado para atraer inversiones productivas, pero se deben abordar desafíos en áreas como el respeto al Estado de derecho, la mejora de la infraestructura y la reducción de la burocracia para atraer más capital privado. La inversión y las remesas seguirán desempeñando un papel importante en el fortalecimiento de la economía mexicana.
En cuanto a la política monetaria, el FMI considera que la postura restrictiva actual del Banco de México para enfrentar la inflación es adecuada y se espera que se mantenga hasta que la inflación esté más cerca del objetivo. Aunque la inflación ha erosionado el poder adquisitivo de la población, se prevé que a medida que los precios se moderen, las personas tendrán más recursos para el consumo, pero no se debe dar por cerrado el capítulo de la inflación. El FMI sostiene la importancia de regresar a la estabilidad de precios y recomienda a los bancos centrales no retirar la política restrictiva sin estar seguros de que la inflación esté cerca del objetivo.
Cabe destacar que el FMI ha presentado estas proyecciones en el contexto de sus reuniones anuales de la membresía en Marrakech, Marruecos, donde se discuten cuestiones económicas globales. Este evento marca la segunda vez en 50 años que las reuniones anuales se llevan a cabo en una nación africana, siendo la última en Nairobi, Kenia, en 1973. Por lo general, estas reuniones se celebran en la sede del FMI y el Banco Mundial en Washington, D.C., pero cada dos años se realizan en un país miembro, con el precedente más reciente en Bali, Indonesia, en 2018. México ha sido anfitrión de estas reuniones solo una vez en 1952, cuando la Ciudad de México fue la anfitriona.