¡A Celebrar el #DíaDeMuertos! ¿Listos para armar la #Ofrenda?

El Día de Muertos es un momento especial para rendir homenaje a aquellos que ya no están con nosotros, y el altar es el corazón de esta hermosa tradición. Cada cosa que colocamos en este espacio tiene un significado muy profundo y personal, convirtiéndose en un refugio lleno de recuerdos y emociones.

Desde las flores que guían a las almas hasta los platillos que evocan sabores del pasado, cada detalle cuenta una historia que nos invita a reflexionar sobre el lazo que une a los vivos con los que han partido. Esta celebración trasciende el luto; es un tributo a la vida y a la memoria, un ritual donde el amor y la cercanía se entrelazan en cada rincón del altar.

¿Cuándo poner la Ofrenda?

Aunque no hay una fecha estricta para montar el altar, se sugiere hacerlo antes del 27 de octubre, idealmente un par de días antes, para estar listos para recibir a las almas. Esta tradición ha evolucionado, organizando cada día hasta el 2 de noviembre para honrar a diferentes tipos de difuntos.

  • 27 de octubre: homenaje a nuestras queridas mascotas que ya no están.
  • 28 de octubre: recordamos a aquellos que partieron de manera trágica.
  • 29 de octubre: se dedica a quienes perdieron la vida por ahogamiento.
  • 30 de octubre: día para honrar a los olvidados o a quienes no tienen familia.
  • 31 de octubre: un momento para recordar a los no nacidos y a los niños no bautizados.
  • 1 de noviembre: Día de Todos los Santos, en el que se honra a los niños fallecidos.
  • 2 de noviembre: Día de los Fieles Difuntos, dedicado a los adultos que han partido.

Cada uno de estos días es una oportunidad para recibir a las almas y ofrecerles un espacio en el altar con elementos que los guíen de regreso, creando así un lazo que perdura en la cultura mexicana.

Elementos Esenciales de la Ofrenda.

Para armar una ofrenda digna del Día de Muertos, hay que incluir varios elementos simbólicos que no solo honran a los difuntos, sino que también facilitan su paso por el mundo terrenal.

  • Agua: para calmar la sed de las almas tras su largo viaje. Simboliza pureza y regeneración.
  • Velas o veladoras: su luz actúa como faro que guía a las almas de regreso. Estas llamas son también un símbolo de esperanza y fe en el reencuentro.
  • Calaveritas: elaboradas de azúcar, chocolate o amaranto, representan la muerte en un contexto festivo y respetuoso, reflejando la visión mexicana de que la muerte forma parte de la vida.
  • Sal y mantel blanco: el blanco del mantel representa la pureza del alma, mientras que la sal es fundamental para la purificación.
  • Pan de Muerto: uno de los símbolos más queridos, representa afecto y fraternidad hacia quienes han partido.
  • Copal e incienso: se utilizan para limpiar el ambiente de malas energías, creando un espacio donde las almas puedan entrar sin dificultades.
  • Flores: la flor de cempasúchil es la protagonista, su color amarillo brillante simboliza al sol y guía el camino de los difuntos.
  • Papel picado: un adorno colorido que representa el aire, uno de los cuatro elementos necesarios en la ofrenda para equilibrar la energía.
  • Aserrín, semillas o granos: estos materiales se colocan en el altar recordando que “polvo eres y en polvo te convertirás”, resaltando la naturaleza cíclica de la vida.
  • Comida y bebida: se preparan los platillos favoritos de los difuntos, junto con sus bebidas preferidas, para deleitar sus almas durante su visita.
  • Fotografías: se incluyen imágenes de quienes se están homenajeando, manteniendo viva su memoria y mostrando respeto por su legado.

Cada uno de estos elementos cumple un rol vital en la ofrenda, asegurando que las almas encuentren su camino, se sientan bienvenidas y puedan disfrutar de lo que se ha preparado en su honor. ¡Listos para celebrar y recordar a nuestros seres queridos!

Autor Itzel G. Bandala

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