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En un debate lleno de señalamientos mutuos, los candidatos a la gubernatura Alejandro Armenta Mier y Eduardo Rivera Pérez se acusaron mutuamente de ser herederos del legado del ex gobernador priísta Mario Marín Torres, mientras que Fernando Morales Martínez criticó a ambos contrincantes.
El ex gobernador enfrenta un proceso por tortura contra la periodista Lydia Cacho, y su figura ha sido motivo de discordia en la contienda electoral. Fotos recientes de Marín con Armenta y Rivera fueron exhibidas durante el debate, donde también se mencionaron presuntos vínculos con ex marinistas en Morena.
Rivera aprovechó para señalar a Armenta como representante del legado de Marín, mientras que este último respondió mostrando imágenes del actual candidato opositor con el ex gobernador.
El tercer candidato, Fernando Morales, también entró en la disputa, criticando las acciones de sus rivales y ofreciendo incorporar a Armenta a su gabinete si resulta ganador.
El debate, que duró una hora y cuarenta minutos, estuvo marcado por acusaciones de derroche y vínculos criminales, con láminas y notas periodísticas como prueba. Entre las acusaciones, se mencionó la relación con personajes polémicos y el gasto excesivo en promoción de imagen antes del inicio del proceso electoral.
En medio de la confrontación, se revelaron presuntos lazos con figuras vinculadas al crimen organizado y se cuestionó la transparencia en las declaraciones patrimoniales de los candidatos.
Los señalamientos continuaron durante todo el debate, dejando las propuestas en segundo plano y destacando la tensión entre los contendientes en la carrera por la gubernatura de Puebla.
