Jean-Marie Le Pen, reconocido por ser una figura clave en la extrema derecha francesa, falleció este martes a los 96 años. El político, apodado “el diablo de la República”, estaba hospitalizado desde hacía semanas y murió rodeado de su familia, según confirmaron sus seres queridos.
Le Pen, fundador del partido Frente Nacional en 1972, dejó una marca profunda en la política francesa con sus políticas antiinmigratorias y declaraciones radicales. Fue un personaje polarizador que alcanzó notoriedad al llegar a la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en 2002 contra Jacques Chirac, aunque perdió por un amplio margen.
Un legado de controversias.
A lo largo de su carrera, Le Pen enfrentó críticas y condenas judiciales por sus declaraciones negacionistas sobre el Holocausto y comentarios incendiarios en temas de raza, género e inmigración. Una de sus afirmaciones más controversiales fue en 1987, cuando calificó a las cámaras de gas nazis como “un detalle de la historia de la Segunda Guerra Mundial”. Este tipo de comentarios le valieron multas y condenas por negar crímenes contra la humanidad.
Marine Le Pen, su hija menor y heredera política, tomó las riendas del Frente Nacional en 2011, rebautizándolo como Agrupación Nacional. Aunque Marine buscó moderar la imagen del partido, su relación con su padre se deterioró, culminando en la expulsión de Jean-Marie del partido en 2015 tras reiterar sus comentarios negacionistas.
Reacciones encontradas.
El fallecimiento de Le Pen generó opiniones divididas. Jordan Bardella, actual líder de la Agrupación Nacional, destacó su compromiso con la identidad y soberanía de Francia. Por su parte, el nacionalista Eric Zemmour lo describió como “un visionario que alertó sobre las amenazas existenciales para el país”. Sin embargo, figuras como Jean-Luc Mélenchon, de La Francia Insumisa, subrayaron que la lucha contra el racismo y la xenofobia que él representó debe continuar.
Un ascenso marcado por la controversia.
Jean-Marie Le Pen nació el 20 de junio de 1928 en La Trinité-sur-Mer. Su infancia estuvo marcada por la tragedia: perdió a su padre a los 14 años cuando su barco chocó con una mina alemana. Este evento lo llevó a convertirse en Pupille de la Nation, un título otorgado a los hijos de quienes mueren en guerra.
Tras intentos fallidos de unirse a la Resistencia francesa, Le Pen se enroló en la Legión Extranjera Francesa en 1954, participando en conflictos como la guerra de Argelia, donde fue acusado de torturas, algo que siempre negó. Estas experiencias moldearon su visión política, especialmente su rechazo hacia la pérdida de Argelia como colonia francesa.
El Frente Nacional y su auge.
El verdadero ascenso de Le Pen comenzó en 1972 con la fundación del Frente Nacional. Aunque inicialmente tuvo un apoyo marginal, sus políticas estrictas contra la inmigración resonaron en regiones como el sur de Francia. En 2002, su llegada a la segunda vuelta presidencial conmocionó al país y movilizó a millones de franceses en su contra, consolidando una derrota aplastante frente a Chirac.
Sucesión y distanciamiento familiar.
En 2011, Marine Le Pen tomó el control del partido y buscó moderar su discurso para atraer a votantes de la corriente principal. Sin embargo, las diferencias ideológicas y los comentarios reiterativos de Jean-Marie sobre el Holocausto fracturaron la relación familiar y política, culminando en su expulsión del partido que fundó.
A pesar de su distanciamiento, Marine lideró al partido hacia importantes victorias, como su desempeño histórico en las elecciones parlamentarias de 2024.
Un personaje que dividió a Francia.
Jean-Marie Le Pen nunca se alejó de la controversia. En sus propias palabras: “La vida no es un arroyo tranquilo y sereno. Estoy acostumbrado a remar contra la corriente”. Con su partida, Francia cierra un capítulo lleno de polarización, dejando tras de sí un legado que seguirá generando debate. ⚡