Antonio Skármeta, uno de los escritores más emblemáticos de Chile, ha fallecido a los 83 años, dejando tras de sí un vasto legado artístico que abarca novelas, cuentos, obras de teatro, guiones cinematográficos y libros infantiles.
El presidente chileno, Gabriel Boric, rindió homenaje al autor en la red social X, agradeciéndole por su invaluable contribución literaria y su dedicación política. “Gracias, maestro, por la vida vivida. Por soñar que la nieve ardía en el Chile que te dolió tanto”, en referencia a su célebre novela Soñé que la nieve ardía, que retrata la realidad chilena durante el gobierno de Salvador Allende y en los días previos al golpe de Augusto Pinochet.
Con el título de Premio Nacional de Literatura 2014, Skármeta traspasó las fronteras de su país, y tres de sus obras fueron adaptadas al cine: Ardiente paciencia (1983 y 1994 bajo el título El cartero de Neruda), El baile de la Victoria y El plebiscito, que inspiró la película “No”, dirigida por Pablo Larraín.
Desde sus inicios en la Generación de 1960, Skármeta ha sido reconocido como uno de los pilares de la narrativa chilena, escribiendo en un contexto político que dejó huellas profundas en su nación. Sus primeras obras, como las colecciones de cuentos El entusiasmo (1967), Desnudo en el tejado (1969) y Tiro libre (1973), fueron escritas antes y durante la Unidad Popular de Allende.
Después del golpe de Estado de 1973, el autor se vio obligado a dejar su patria y vivió en el exilio, creando su obra literaria en Argentina, Bolivia y Alemania, que se convirtieron en su nuevo hogar.
Con el retorno de la democracia en Chile, Skármeta regresó a su tierra natal, donde continuó recibiendo reconocimientos, como el Premio Altazor por La boda del poeta (2000), la Medalla Goethe (2002), el Premio Planeta por El baile de la Victoria (2003) y la Orden al Mérito Artístico y Cultural Pablo Neruda (2010), entre otros.
A principios de este siglo, el entonces presidente chileno Ricardo Lagos lo nombró embajador en Alemania. Pero Skármeta no solo fue aclamado por su producción literaria; también se destacó por su pasión por la promoción de la lectura a través de programas de televisión, convirtiéndose en un verdadero ícono de la difusión cultural.
Uno de sus programas más queridos fue El Show de los Libros, donde inspiró a toda una generación a enamorarse de la lectura. Este exitoso programa, que estuvo al aire durante diez años (1992-2022), tuvo tanto impacto que se exportó a otros países de América Latina y Europa.
La Universidad de Chile describió su carrera como “inspiradora”, señalando que “impulsó la lectura y el amor por los libros”. Las reacciones a este mensaje reflejan el cariño que muchos sentían por él, con comentarios como: “Mi amor por la lectura se lo debo a él” y “Gracias por acercarnos a los libros y la cultura. Yo crecí con El Show de los Libros”.