Adiós a doña #Violeta 💐: la mujer que le ganó la presidencia a #Ortega y cambió la historia de #Nicaragua.

Violeta Barrios de Chamorro, la mujer que hizo historia al ser la primera presidenta electa de América y la única en haberle ganado en las urnas a Daniel Ortega, falleció este sábado a los 95 años, tras una larga batalla contra la enfermedad.

En un comunicado, su familia informó que murió tranquila, rodeada de sus hijos y cuidadores: “Falleció en paz, con mucho amor a su alrededor”, señalaron.

Aunque muchos la recuerdan por su sencillez, su paso por la presidencia (1990-1997) fue clave para devolverle la paz y la democracia a Nicaragua, que venía de años de guerra civil, crisis económica y polarización total.

“Tengo la inmensa satisfacción de que he cumplido el sueño de Pedro Joaquín Chamorro: que Nicaragua volviera a ser República”, dijo emocionada al entregar el poder en 1997. También pidió perdón: “Por lo que no pude lograr y por mis errores”.

Chamorro era viuda de Pedro Joaquín Chamorro, periodista y férreo crítico del régimen de Somoza, asesinado en 1978. Su muerte fue un parteaguas que encendió la mecha para el final de esa dictadura. Doña Violeta convirtió su dolor en impulso y, años después, tomó las riendas del país como símbolo de reconciliación nacional.

Una victoria inesperada que cambió el rumbo del país.

En 1990, contra todo pronóstico, Chamorro ganó la presidencia con el 55% de los votos, venciendo a Ortega, que representaba al sandinismo. Fue postulada por la Unión Nacional Opositora (UNO), una alianza de 14 partidos que buscaban un cambio.

Su victoria no fue solo electoral, fue el inicio de una transición democrática en un país golpeado por una década de guerra civil. Para muchos, fue también el “fin de la revolución”, como explicó la socióloga Sofía Montenegro.

Sergio Ramírez, entonces vicepresidente sandinista, admitió que nunca esperaron perder: “Doña Violeta buscó la reconciliación y sentar las bases de una democracia duradera, a pesar de estar entre dos fuegos”.

De una familia acomodada a una vida marcada por la política.

Nacida el 18 de octubre de 1929 en Rivas, Violeta Barrios provenía de una familia con dinero, pero sin lujos ostentosos. Su padre, un terrateniente, murió cuando ella tenía 18 años, y tuvo que volver a Nicaragua desde EE.UU., donde estudiaba inglés, para hacerse cargo del hogar.

En 1950, se casó con Pedro Joaquín y se mudaron a Managua. Su vida, desde entonces, estuvo marcada por el exilio, amenazas y persecuciones debido al activismo de su esposo, que dirigía el diario La Prensa. Cuando él fue asesinado, ella tomó como suya la consigna de él: “Nicaragua volverá a ser República”.

“Aquí la que manda soy yo”.

A pesar de las dudas sobre su experiencia política, Chamorro demostró carácter y firmeza. Cuando la prensa insinuó que quien realmente gobernaba era su yerno, Antonio Lacayo, respondió contundente:

“Ya sé que dicen que soy una analfabeta política, pero no me importa. Aquí la que manda soy yo”.

Antes de ser presidenta, formó parte del gobierno de transición tras el triunfo de la revolución en 1979, pero renunció un año después por desacuerdos con el rumbo que tomaban las cosas.

Una Nicaragua partida… incluso en su propia casa.

Cuando asumió el poder, Nicaragua vivía una profunda división y una hiperinflación brutal del 33,000%. El país estaba bloqueado por EE.UU. y miles de jóvenes eran obligados a enrolarse por el Servicio Militar Patriótico.

La polarización era tan fuerte que incluso su propia familia estaba dividida políticamente: dos hijos eran sandinistas y dos eran opositores. Pero había una regla clara en su casa: los domingos se comía en paz, sin hablar de política.

Su legado: paz, desarme y reconciliación. 🕊️

El mandato de doña Violeta no fue sencillo. Tuvo que enfrentar huelgas, protestas y críticas, especialmente por dejar a Humberto Ortega (hermano de Daniel) como jefe del Ejército.

Pero también logró avances fundamentales: privatizaciones, acuerdos con el FMI y el Banco Mundial, y lo más importante: el proceso de desarme y pacificación de la sociedad.

“Ella fue la madre vestida de blanco que trajo la paz”, dijo Luis Sánchez Sancho, parte de su equipo de campaña.

Sofía Montenegro destacó que su estilo rompió con el machismo tradicional de la política: “Con su naturalidad y su actitud maternal, se convirtió en un modelo para muchas mujeres del país… y del continente”.

Últimos días en Costa Rica… y un mensaje de esperanza.

En sus últimos años, vivió en Costa Rica, luego de dejar su histórica casa en Managua, donde se conservaban objetos personales de su esposo. Tras su fallecimiento, su familia informó que sus restos reposarán temporalmente en San José, hasta que Nicaragua vuelva a ser una verdadera República.

“Gracias al pueblo nicaragüense y al gobierno de Costa Rica, que la acogió en sus últimos años”, expresó la familia.

Así se fue la mujer que venció a Ortega en las urnas, pero que deja viva su promesa: trabajar por un país libre, en paz y verdaderamente democrático.

Autor Itzel G. Bandala

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