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El mundo del boxeo y la cocina se ha quedado huérfano. George Foreman, conocido como “Big George”, falleció a los 76 años, confirmaron sus familiares. Este hombre de carácter inquebrantable y una carrera impresionante en los cuadriláteros, también se destacó fuera del ring, dejando un legado que va más allá de sus logros deportivos.
Nacido en Marshall, Texas, el 10 de enero de 1949, Foreman ganó el oro olímpico en 1968 en los Juegos de la Ciudad de México, y se coronó campeón mundial de peso pesado en dos ocasiones, la última de ellas a los 45 años, convirtiéndose en el campeón más viejo de la historia. Pero su nombre quedará en la memoria colectiva, especialmente por su legendaria pelea en 1974 con Mohamed Alí en la famosa batalla conocida como “Rumble in the Jungle”, donde perdió su título en un combate que pasaría a la historia del boxeo.
El enfrentamiento con Alí: “Todo el mundo pensaba que iba a durar un asalto” 😱
La pelea entre Foreman y Alí en Kinshasa, Zaire (hoy República Democrática del Congo), se mantiene como uno de los momentos más épicos de este deporte. Foreman creía que no habría forma de que Alí resistiera su poder, pero el astuto Mohamed Alí utilizó la estrategia del “rope-a-dope” (apoyándose en las cuerdas para cansar a su rival) y, tras un desgaste monumental, Foreman cayó derrotado en el octavo asalto.
Con el paso del tiempo, el boxeador de Texas reflexionó sobre esa derrota, la cual describió como “lo mejor que me pasó en la vida”, ya que fue el impulso para encontrar un propósito más allá del deporte, comenzando su camino en la predicación.
La vida después del boxeo: ¡Un éxito rotundo en la cocina!
Después de su retiro, Foreman no solo se dedicó a su carrera como predicador y fundador de su iglesia en Houston, sino que se convirtió en un emprendedor exitoso. Fue su colaboración con una famosa marca de parrillas lo que le permitió amasar una fortuna, gracias a su George Foreman Grill, un aparato que revolucionó la cocina y que millones de personas compraron. El famoso lema “Lean Mean Grilling Machine” aún resuena en la memoria de muchos.
Un hombre de familia.
A lo largo de su vida, Foreman se casó cinco veces y tuvo una docena de hijos, entre ellos cinco varones llamados George. Él mismo explicó que les dio el mismo nombre para que “siempre tuvieran algo en común”, una muestra de su amor incondicional por su familia.
El legado de Foreman es mucho más que sus victorias en el ring. Es un hombre que supo reinventarse, enfrentar desafíos y, sobre todo, dejar una huella imborrable tanto en el mundo deportivo como en el corazón de quienes lo conocieron. Nunca olvidaremos al gran “Big George”.
