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El reciente informe del INEGI coloca a Aguascalientes entre las ciudades más seguras de México. Según la percepción de la ciudadanía, esta ciudad ha logrado mantener niveles bajos de criminalidad en comparación con otras áreas metropolitanas del país. Este reconocimiento llega en un momento crítico, destacando la efectividad de las políticas de seguridad implementadas en la región.
La encuesta, realizada en junio de 2024, revela que un 65% de los habitantes de Aguascalientes se sienten seguros en su ciudad. Este porcentaje contrasta notablemente con la media nacional, donde más del 70% de los ciudadanos consideran que vivir en sus respectivas ciudades es peligroso. Este dato refleja la eficacia de las estrategias de prevención del delito y la colaboración entre autoridades y comunidad.
La percepción de seguridad en Aguascalientes no es un hecho aislado. Las autoridades locales han implementado una serie de programas enfocados en la reducción de la violencia y el fortalecimiento de la presencia policial en las zonas más vulnerables. Además, la tecnología y la modernización de los sistemas de vigilancia han jugado un papel fundamental en la mejora de la seguridad pública.
Sin embargo, no todo es positivo. Los críticos argumentan que, a pesar de los avances, aún existen áreas en Aguascalientes que requieren atención urgente. La delincuencia organizada y los delitos de alto impacto siguen siendo un desafío para las autoridades, quienes deben redoblar esfuerzos para garantizar la seguridad de todos los habitantes.
En contraste, el informe del INEGI también destaca a ciudades como Fresnillo y Ciudad Obregón como las más peligrosas del país, donde la percepción de inseguridad supera el 90%. Esta disparidad subraya la necesidad de políticas de seguridad diferenciadas y adaptadas a las realidades específicas de cada región.
En resumen, mientras Aguascalientes se consolida como una de las ciudades más seguras de México, el reto para las autoridades es mantener y mejorar estos índices de seguridad, extendiendo las buenas prácticas a otras regiones del país que aún enfrentan altos niveles de violencia e inseguridad.
