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Unicef ha emitido una alarma sobre una cifra récord de niños que migran a través de América Latina y el Caribe, impulsados por diversos factores, como la violencia de las pandillas, la pobreza, la inestabilidad y el cambio climático.
En los primeros siete meses de 2023, más de 60,000 niños han cruzado el peligroso Tapón del Darién, una ruta crucial que conecta América del Sur y América Central a través de selvas traicioneras. Esta cifra supera cualquier registro previo, según Unicef.
Lo más preocupante es que los niños más pequeños están realizando estos viajes peligrosos a un ritmo cada vez mayor, y los menores de 11 años representan hasta el 91% de todos los niños que se desplazan a través de puntos de tránsito clave en la región.
Garry Conille, director de Unicef para América Latina y el Caribe, señaló que “cada vez más niños se desplazan a una edad cada vez más temprana, a menudo solos y de diversos países de origen, incluso de lugares tan lejanos como África y Asia”. Además, advirtió sobre los riesgos que enfrentan en su camino, que incluyen enfermedades, lesiones, separación familiar y abusos.
A nivel global, los niños representan aproximadamente el 13% de la población migrante, pero en América Latina y el Caribe, constituyen el 25% de las personas en movimiento, la proporción más alta en el mundo.
Conille hizo un llamado urgente a una respuesta humanitaria más sólida y a la ampliación de vías seguras y regulares para la migración de niños y familias, con el objetivo de proteger sus derechos y su futuro, sin importar su ubicación.
La travesía a través del Tapón del Darién, una selva remota y montañosa que conecta Colombia con Panamá, es una de las rutas más peligrosas y transitadas del mundo para los migrantes que buscan llegar a Estados Unidos y Canadá. El año pasado, cerca de 250,000 personas cruzaron esta zona, impulsadas por crisis económicas y humanitarias.
Este masivo movimiento de personas en el hemisferio occidental ha ejercido una enorme presión sobre la administración Biden, que ha implementado medidas para frenar la migración pero enfrenta desafíos políticos y humanitarios en la frontera sur de Estados Unidos.
