Dulce María Sauri, expresidenta del PRI, exigió que Alejandro “Alito” Moreno deje la dirigencia del partido, ya que su mandato concluyó el 29 de agosto de 2024. Según Sauri, el PRI debería nombrar una dirigencia provisional mientras se resuelven las impugnaciones sobre la reelección de Moreno. El Instituto Nacional Electoral (INE) ya invalidó la reforma que permitía la extensión de su mandato. Sauri señaló que la falta de acción del PRI atenta contra los derechos de la militancia y agrava la crisis interna del partido.
Esta situación tensa en el PRI surge tras el fallo del INE que determinó que la Asamblea Nacional del partido no fue legal. Esto implica que los cambios estatutarios y la reelección de Moreno son nulos. Aunque Moreno puede inconformarse ante el Tribunal Electoral, Sauri advirtió que, legalmente, ya no puede actuar como dirigente.
El conflicto también se complica debido a la falta de respuesta de la Comisión de Justicia Partidaria del PRI ante los recursos de impugnación, dejando a varios militantes en un limbo jurídico. Sauri lamentó que las reformas internas impulsadas por Moreno continúan sin ser validadas, lo que afecta la legitimidad del proceso interno del partido.
En última instancia, Sauri instó al PRI a resolver esta situación para evitar un mayor desgaste y caos dentro de la estructura del partido, señalando que la prolongación del liderazgo de “Alito” está minando la confianza de la base partidista.