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Las recientes declaraciones de Donald Trump han generado inquietud en torno al futuro del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC). Expertos advierten que estas amenazas podrían traer desafíos significativos, especialmente en sectores clave como el automotriz, lo que sugiere la necesidad de una estrategia sólida para mitigar posibles impactos negativos.
Durante su campaña, Trump ha insistido en la posibilidad de renegociar o incluso abandonar el T-MEC si considera que no favorece suficientemente a Estados Unidos. Esta postura ha sido recibida con preocupación tanto en México como en Canadá, donde se teme que cambios abruptos en el acuerdo puedan afectar la estabilidad económica y las relaciones comerciales entre los tres países.
En respuesta, figuras clave del gobierno mexicano, como Claudia Sheinbaum y Marcelo Ebrard, han enfatizado la importancia de enfrentar estas amenazas con firmeza. Ambos han declarado que México está preparado para negociar desde una posición de fuerza, asegurando que se defenderán los intereses nacionales en cualquier revisión del tratado.
Además, se prevé que la revisión integral del T-MEC programada para 2026 será un momento crucial para evaluar y ajustar el acuerdo, buscando mantener un equilibrio que beneficie a todas las partes involucradas. Esta revisión es vista como una oportunidad para fortalecer la colaboración y resolver posibles tensiones antes de que se conviertan en conflictos mayores.
En este contexto, es fundamental que México y Canadá trabajen juntos para presentar un frente unido ante las posibles presiones de la administración estadounidense, buscando preservar la estabilidad y el crecimiento económico que el T-MEC ha brindado desde su implementación en julio de 2020.
