El Presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), a pesar de su promesa inicial de no intervenir en la autonomía de los poderes, ha desafiado repetidamente a instituciones autónomas, lo que preocupa a expertos y cuestiona la separación de poderes en México. AMLO, quien asumió la presidencia en 2018, ha arremetido contra ministros de la Suprema Corte y otros organismos autónomos, desencadenando preocupaciones sobre el respeto a la democracia y al Estado de Derecho en el país.
En un inicio, AMLO aseguró que respetaría las potestades y la soberanía de los otros poderes legalmente constituidos. Sin embargo, su relación con el Poder Legislativo, donde perdió la mayoría, ha estado marcada por intentos de controlar los contrapesos a través de embates a organismos autónomos como el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI) o el Instituto Nacional Electoral (INE). Esto ha llevado a expertos a afirmar que AMLO es el presidente más activo en debilitar la división de poderes y contrapesos en la historia de México.
El desdén de AMLO hacia el Poder Judicial también ha sido notorio, y ha generado preocupaciones sobre su compromiso con el Estado de Derecho. El Presidente ha buscado anular el contrapeso de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), y su actuación en este sentido será recordada por su desdén hacia la ley y la Constitución. Para algunos expertos, su enfoque político ha prevalecido sobre el respeto a los lineamientos constitucionales, lo que representa un retroceso en la construcción de un sistema de contrapesos efectivos en México.
En resumen, los especialistas advierten que los embates de AMLO contra el Poder Judicial y otros organismos autónomos son acciones que amenazan la democracia y el Estado de Derecho en México, y plantean desafíos para la preservación de un sistema de gobierno basado en la separación de poderes y la rendición de cuentas.