Este jueves, Trump lanzó una amenaza bien fuerte contra Europa: si no quitan el arancel del 50% al whisky estadounidense, él responderá con un 200% de impuestos a todos los vinos, champañas y alcohol que vengan de Europa, y en especial de Francia. El presidente de los EE. UU. publicó en su red social, Truth Social, que esta medida podría beneficiar a los negocios del vino y champán en América, pero de paso, también encendió más la guerra comercial con la Unión Europea.

Todo esto empezó cuando la UE reaccionó a los aranceles del 25% que Trump impuso al acero y aluminio, aplicando un 50% de arancel al whisky estadounidense. Y claro, Trump no se quedó callado, respondió con un mensaje claro: o quitan ese impuesto, o él va a poner aranceles del 200% a los productos alcohólicos de toda Europa.
Esta respuesta rápida de Trump muestra cómo las guerras comerciales pueden salirse de control en cuestión de horas. Tras la entrada en vigor de los aranceles a principios de esta semana, la UE reaccionó con sus propias medidas, imponiendo aranceles a productos de EE.UU. por un total de 28,000 millones de dólares. Esto incluye desde barcos hasta motocicletas, pasando por el famoso bourbon.
La industria de las bebidas espirituosas en EE. UU. ya se preparaba para esta reacción, y Chris Swonger, el CEO del Distilled Spirits Council (DISCUS), dijo que estos aranceles son una gran decepción. Para él, estos impuestos no solo afectan el comercio, sino que podrían perjudicar seriamente los esfuerzos por mejorar las exportaciones de bebidas de EE. UU. en Europa.
Aunque Trump ya había anunciado que respondería a los aranceles de la UE, la industria estadounidense de bebidas está pidiendo calma. “Queremos brindis, no aranceles”, dijo Swonger, señalando que desde 1997 ambos lados han tenido un acuerdo sin aranceles, y quieren seguir por ese camino para crear más empleos en EE. UU.
Así que la cosa se sigue calentando, y los vinos y champañas europeos podrían volverse más caros en Estados Unidos si esta guerra comercial sigue escalando.