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El 27 de julio de 2024, Tapachula, Chiapas, fue escenario de un violento ataque armado que resultó en la muerte de una migrante hondureña y dejó seis personas heridas, entre ellas una niña de seis años. Hombres armados irrumpieron en una vivienda en la colonia Reforma, habitada por centroamericanos, desatando una balacera que dejó sin vida a Mariuri Murillo, de 24 años.
Las autoridades locales informaron que los heridos, identificados como Jefferson Benítez, José Dubón y Cristian Benítez, presentaron diversas lesiones de bala. La camioneta abandonada en el lugar mostraba múltiples impactos de bala, reflejando la intensidad del ataque.
Los vecinos, aterrorizados por el incidente, exigieron mayor seguridad y justicia para las víctimas, mientras las autoridades se comprometieron a investigar los hechos y dar con los responsables. Este evento subraya la creciente violencia que afecta a la región y la vulnerabilidad de los migrantes que transitan por México en busca de una vida mejor.
La comunidad internacional ha mostrado preocupación por la situación en Tapachula, instando al gobierno mexicano a reforzar las medidas de seguridad y protección para los migrantes. La cooperación entre las autoridades locales y las organizaciones de derechos humanos será crucial para abordar esta crisis.
El ataque en Tapachula resalta la necesidad urgente de políticas eficaces que garanticen la seguridad de todos los residentes y migrantes en la región. La atención y respuesta rápida de las autoridades son esenciales para prevenir futuros actos de violencia y proteger a las comunidades vulnerables.
