La tranquilidad de Minnesota se vio sacudida este sábado tras un par de ataques a tiros que, según autoridades estatales, fueron motivados políticamente. Uno de los hechos más lamentables fue el asesinato de Melissa Hortman, presidenta de la Cámara de Representantes del estado, quien fue hallada sin vida junto a su esposo Mark, dentro de su casa en Brooklyn Park, cerca de Minneapolis.

El gobernador Tim Walz, ex candidato demócrata a la vicepresidencia de EE.UU., no dudó en calificar lo ocurrido como “una tragedia atroz” y un “crimen político” que marca un antes y un después en la seguridad de los funcionarios públicos.
Pero esto no fue un caso aislado. Ese mismo día, John Hoffman, senador estatal del mismo partido, fue atacado a balazos en su hogar, en la localidad de Champlin. Tanto él como su esposa Yvette resultaron heridos y fueron llevados al hospital, donde se reportan en estado “reservado”, aunque ya fueron operados.
La situación se puso todavía más escalofriante cuando el jefe de la policía de Brooklyn Park, Mark Bruley, reveló que el atacante se hizo pasar por policía usando una placa falsa y uniforme oficial para colarse en las viviendas de los legisladores. Las autoridades confirmaron que hubo intercambio de disparos entre el agresor y la policía cerca del domicilio de Hoffman.
El principal sospechoso ha sido identificado como Vance Luther Boelter, un hombre blanco de 57 años que está siendo buscado intensamente por el FBI, el equipo SWAT y agentes locales. El operativo ya es de gran escala.

Mientras tanto, el presidente Donald Trump se pronunció desde su cuenta en la red X diciendo que este tipo de actos “no tienen lugar en Estados Unidos”, y aseguró que tanto la fiscal general Pam Bondi como el FBI ya están investigando y que se procederá con todo el peso de la ley. “¡Dios bendiga a la gran gente de Minnesota!”, escribió.
👀 Este ataque, en el que presuntamente un sujeto se hizo pasar por agente del orden para perpetrar el crimen, prende las alarmas sobre la seguridad de los funcionarios estatales y locales, quienes, a diferencia de las figuras nacionales, suelen tener poca o nula protección.

Y es que, como bien recuerda el analista Anthony Zurcher, la violencia política ha ido en aumento en EE.UU.: desde el incendio en la casa del gobernador de Pensilvania, el ataque con martillo a la residencia de Nancy Pelosi, hasta el intento de asesinato de Donald Trump durante campaña. Lo de Minnesota solo viene a reforzar una tendencia peligrosa que ya preocupa a todo el país.