Al puro estilo de una película de espías, comandos ucranianos se infiltraron y lanzaron decenas de drones armados contra cuatro bases aéreas rusas el pasado 1 de junio. Los blancos: nada menos que los bombarderos estratégicos que forman parte de la “joya” de la aviación militar rusa.

Las bases atacadas fueron:
- Belaya, en Siberia
- Olenya, cerca de Noruega
- Dyagilevo e Ivánovo, en el centro de Rusia
📹 Videos difundidos por el SBU (servicio de inteligencia de Ucrania) muestran cómo los enormes aviones explotan en plena pista de aterrizaje.

✈️ lo que perdió Rusia: no es cualquier cosa…
El presidente Volodymyr Zelensky no dudó en celebrar el golpe, afirmando que se destruyeron 40 aparatos, lo que representaría más de un tercio de la flota de bombarderos rusos. Aunque otras fuentes, como la BBC en ruso, hablan de entre 11 y 12 aeronaves dañadas, el impacto es evidente.
Entre los modelos afectados hay:
- Tu-95 “Oso”: bombarderos de largo alcance y parte clave de la tríada nuclear rusa. 🐻
- Tu-22M3: usados para lanzar misiles antibuque.
- Tu-160 “Cisne blanco”: los más grandes y potentes del arsenal ruso.
- Beriev A-50: aviones de inteligencia y vigilancia aérea.
👉 Varios de estos aparatos ya no se fabrican o su producción es extremadamente limitada, lo que convierte las pérdidas en casi irremplazables, según expertos militares del Reino Unido y EE. UU.

🧨 Un golpe que duele… y mucho.
Los analistas coinciden en que este ataque representa un revés mayúsculo para Moscú:
- El experto Justin Bronk, del RUSI, dice que esto “afecta seriamente la capacidad de Rusia para seguir lanzando ataques con misiles de crucero”.
- El Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW) calificó la pérdida de los Tu-95 y Tu-22 como “un verdadero desastre”.
- Además, Rusia podría verse forzada a usar más los aviones Sukhoi, que son más vulnerables porque deben volar dentro del espacio aéreo ucraniano para cumplir sus misiones.
🔥 Más allá de lo militar: también afecta la imagen de Putin.
Aunque el gobierno ruso ha intentado minimizar los daños, la indignación dentro del país ha sido notable. Para muchos analistas, este ataque desnuda las debilidades del sistema de defensa aérea de Rusia, sobre todo porque algunas bases están a más de 4 mil kilómetros de Ucrania.
Y si bien los drones no derribaron al régimen, sí le volaron parte de su orgullo militar.
Este golpe fue directo al ego del Kremlin. Más allá de los fierros voladores, lo que quedó claro es que Ucrania no solo resiste, sino que tiene la capacidad de herir profundamente al ejército más grande de Europa. Y eso, chismosos de confianza, sí que cambiará el tablero.
🧩 ¿Será este el comienzo de una nueva etapa en la guerra? ¿O solo un golpe mediático más? El tiempo (y los satélites espías) lo dirán.