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El impacto de la desaparición de los 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos en Ayotzinapa sigue más vivo que nunca. Han pasado ya 10 años desde aquella noche oscura en Iguala, que dejó una huella profunda tanto en la historia de México como en la vida cotidiana de esta comunidad.
Los recuerdos de los desaparecidos están presentes en cada rincón de la Normal, mientras alumnos y profesores mantienen la esperanza de encontrarlos algún día. Para los estudiantes como Everardo Guerrero, quien se unió a la escuela después de la tragedia, la experiencia ha fortalecido su sentido de comunidad y resistencia.
Aunque ha pasado una década, la lucha por la justicia no se detiene y sigue siendo un símbolo de resistencia y esperanza. En Ayotzinapa, esa búsqueda constante sigue guiando a quienes están determinados a no olvidar a sus compañeros.
