En medio del misterio que rodea el descubrimiento de una fosa clandestina en San Agustín Tlaxiaca, las autoridades no se quedan de brazos cruzados. Guillermo Olivares Reyna, el jefe de la Secretaría de Gobierno de Hidalgo, anunció que las investigaciones seguirán su curso para aclarar si estos hallazgos están conectados con disputas entre bandas criminales o si se trata de un ataque directo.
Este caso saltó a la luz el 2 de octubre, cuando se localizaron restos en la comunidad de Puerto México, a unos 30 kilómetros de la capital hidalguense. Olivares Reyna se pronunció sobre el tema al término de una ceremonia cívica en Plaza Juárez.
Hasta el domingo 6 de octubre, la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJEH) había confirmado la identificación de tres víctimas. De estas, dos habían desaparecido desde el 21 de septiembre en Mineral de la Reforma, otro municipio de Hidalgo. Sin embargo, la PGJEH aclaró que los análisis forenses continúan para verificar si hay más restos en la fosa.
El funcionario agregó que pronto, Francisco Ángel Fernández Hasbun, quien dirige la Procuraduría, dará más detalles sobre las identidades de los fallecidos y las circunstancias del hallazgo. Olivares Reyna comentó que estos cuerpos “de pronto aparecieron en esa fosa,” dejando la puerta abierta a la posibilidad de que estén relacionados con enfrentamientos entre grupos delictivos.
El secretario concluyó señalando que, “como suele suceder en estos casos, los cuerpos aparecen en lugares donde probablemente fueron arrojados. La autoridad competente debe realizar los exámenes forenses para poder identificar a las víctimas.”