En un encuentro crucial entre autoridades, la canciller mexicana, Alicia Bárcena, se reunió con el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, para discutir la preocupación compartida sobre las boyas alambradas instaladas en el Río Bravo, utilizadas como medida antiinmigrante por Texas.

Bárcena expresó su inquietud por esta controvertida acción, enfatizando que la mayoría de las boyas se encuentran en territorio mexicano. En respuesta a la situación, el Departamento de Justicia de Estados Unidos presentó una demanda contra el gobierno de Texas, un gesto que México agradeció y que brinda un rayo de esperanza para abordar el asunto de manera conjunta.
Durante una rueda de prensa conjunta en Washington, Bárcena y Blinken compartieron sus expectativas de solucionar este problema de manera efectiva. La canciller manifestó su optimismo sobre la posibilidad de crear un grupo de trabajo destinado a abordar la cuestión y a evaluar las medidas que puedan ser tomadas una vez que la Corte Federal se pronuncie al respecto.
La idea principal es explorar cómo retirar la barrera de boyas con sierras instalada por Texas en el Río Bravo, que busca frenar el cruce de migrantes entre los dos países. Tanto Bárcena como Blinken coincidieron en la necesidad de encontrar una solución satisfactoria para ambas partes.
El secretario de Estado de Estados Unidos aseguró que las acciones legales promovidas por el Departamento de Justicia tienen como objetivo principal “retirar las boyas y prevenir la instalación de nuevas boyas”. Al mismo tiempo, hizo hincapié en la importancia de seguir el proceso judicial de manera adecuada y respetar el Estado de Derecho.
La colaboración entre México y Estados Unidos para abordar esta situación evidencia la disposición de ambas naciones para resolver desafíos comunes de manera diplomática y cooperativa. El establecimiento del grupo de trabajo representa un paso importante hacia la resolución de este tema sensible que afecta la relación bilateral y la dinámica en la frontera entre ambos países.