Martí Batres, jefe de Gobierno de la Ciudad de México, enfrentó una recepción hostil durante una gira de trabajo en la alcaldía Coyoacán, donde los vecinos lo recibieron con gritos de apoyo a Xóchitl Gálvez y exclamaciones de “fuera”. Batres respondió diciendo que algunos aún no superan las heridas de las elecciones pasadas. Durante su visita, Batres pretendía hablar sobre la obra de reposición del Pozo Barrio de Jesús, pero los reclamos aumentaron, obligándolo a calmar a los asistentes y reafirmar su respeto por todas las opiniones.
Batres agradeció la participación ciudadana y trató de dirigir la conversación hacia el tema del agua, subrayando que comprendía el descontento electoral. La tensión subió cuando mencionó que los resultados de las elecciones aún eran una herida abierta para algunos.
Además de la reunión en Coyoacán, Batres visitó la escuela primaria Héroes de Churubusco para atender solicitudes de mejoras en la infraestructura, como la reparación de tuberías y la rehabilitación de sanitarios. Este incidente resalta la polarización política y la necesidad de diálogo entre las autoridades y la ciudadanía.
Batres concluyó su visita insistiendo en que, a pesar de las diferencias, es fundamental avanzar y no detenerse en el desarrollo de proyectos importantes para la ciudad. Las reacciones mixtas reflejan un ambiente de división y la importancia de la comunicación efectiva en la gestión pública.