Por primera vez, la administración de Joe Biden aprobó el envío de minas antipersonales a Ucrania, marcando un cambio significativo en su política militar. Esta decisión, confirmada por dos funcionarios estadounidenses, representa una escalada estratégica en el conflicto.
El anuncio llega pocos días después de que Estados Unidos autorizara a Ucrania el uso de misiles de largo alcance contra Rusia, una medida que Kyiv había solicitado durante meses. Este tipo de armamento busca frenar el avance de las tropas rusas en el este del país, donde el conflicto ha sido particularmente feroz y costoso en vidas para ambas partes.
Minas para reforzar defensas, no para atacar.
La intención de Estados Unidos es que estas minas sean empleadas únicamente en defensas territoriales y no como armas ofensivas. Además, Washington exigió garantías de que su uso minimice los riesgos para la población civil. Sin embargo, este tipo de armamento ha sido duramente criticado por organizaciones de derechos humanos debido a su capacidad de causar estragos mucho después de finalizada una guerra.
En el pasado, la administración Biden había mostrado cautela sobre el uso de minas antipersonales, señalando en 2022 su compromiso de limitar su empleo global y destruir los arsenales existentes. La única excepción a esta política fue Corea del Sur, debido a la situación en la península.
“Minas inteligentes” y un cambio radical.
El envío aprobado incluirá minas antipersonales “no persistentes”, diseñadas con tecnología avanzada que las desactiva automáticamente después de un tiempo limitado, que varía entre cuatro horas y dos semanas. Este diseño busca reducir los peligros a largo plazo asociados con estas armas.
Por otro lado, Rusia ha utilizado extensivamente minas antipersonales y antitanque desde el inicio del conflicto, construyendo vastos campos minados para contener contraataques ucranianos. Según funcionarios de Kyiv, la densidad de minas rusas es tan alta que representa un obstáculo casi infranqueable para las fuerzas ucranianas.
Un giro arriesgado en el final del mandato.
Este cambio en la política militar llega en un momento crucial, con solo semanas restantes en la administración Biden. El impacto de esta decisión podría complicar aún más la situación para el próximo gobierno, especialmente si Donald Trump, quien ha criticado la intervención en Ucrania, regresa al poder.
Las imágenes más recientes desde el frente muestran a soldados ucranianos utilizando estas minas de forma estratégica, con la esperanza de reforzar líneas defensivas clave. La pregunta que persiste es si este cambio táctico inclinará la balanza en un conflicto que sigue siendo brutal y prolongado.