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Petróleos Mexicanos (Pemex) registró en agosto su mayor caída en dos años, con una producción de 1.46 millones de barriles diarios, un 6.1% menos que en el mismo periodo de 2023, según datos de la Comisión Nacional de Hidrocarburos. Esta disminución resalta la incapacidad de Pemex para revertir la crisis de producción bajo la administración de López Obrador, mientras que las petroleras privadas lograron mejorar sus números. Esta situación pone en duda la estrategia energética del gobierno y su capacidad para recuperar la estabilidad de la empresa.
A pesar de las promesas de revitalización de la industria petrolera por parte de la actual administración, los resultados muestran un declive continuo en la producción de Pemex. Desde que inició el gobierno de López Obrador, la producción de la petrolera estatal ha disminuido paulatinamente, acumulando ya cinco meses consecutivos por debajo del umbral de los 1.5 millones de barriles diarios. Aunque Pemex sigue siendo la mayor productora, la intervención de empresas privadas ha incrementado su participación, representando ahora el 6.5% del total.
El presidente ha culpado en diversas ocasiones a las administraciones neoliberales por desmantelar a Pemex, pero los resultados de su gestión no han logrado detener la caída. Las empresas privadas, que recibieron concesiones bajo la reforma energética de Enrique Peña Nieto, han mantenido su crecimiento, aunque los avances no han sido suficientes para compensar la pérdida de producción estatal.
Los campos más productivos de Pemex, como Maloob, Quesqui y Zaap, han registrado una disminución en su rendimiento. La producción de hidrocarburos condensados también cayó a su nivel más bajo desde 2022, lo que agrava la situación de Pemex en el mercado internacional. Aunque se esperaba un repunte en los últimos meses del año, la tendencia actual indica que la recuperación de la petrolera estatal podría estar más lejos de lo proyectado.
La administración entrante deberá enfrentar este desafío, con una Pemex endeudada y una producción en declive que amenaza la estabilidad de uno de los pilares energéticos de México.
