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El bloqueo establecido por migrantes el miércoles en la aduana de Huixtla, Chiapas, ha alcanzado las 24 horas, generando caos en la zona. La caravana ocupó los cuatro carriles de la carretera costera de Chiapas, obstruyendo el paso de vehículos hacia la frontera con Guatemala y al interior del estado. Esta situación resultó en una fila de camiones de más de 10 kilómetros en ambas direcciones.
Carpas fueron montadas por los extranjeros en el Centro de Atención Integral al Tránsito Fronterizo (CAIFT) y sus alrededores. Mientras tanto, camioneros inconformes cerraron un camino de terracería que los automovilistas solían utilizar para evitar el bloqueo, provocando conatos de enfrentamiento entre choferes y migrantes.
Jesús Cortés, un camionero afectado, expresó su frustración: “Estamos parados desde ayer, no sé quién paró el tráfico y no nos movemos para nada. Ya vamos para dos días y no se vale, nosotros vamos lejos, vamos hasta Laredo.” Jonathan Arredondo, transportando 25 toneladas de plátano a Reynosa, teme por la pérdida de su carga y exige la liberación de la vía.
Mientras los migrantes insisten en obtener permisos de tránsito del Instituto Nacional de Migración (INM) para continuar hacia el norte de México y evitar riesgos en el camino, Irineo Mújica de la organización Pueblo Sin Fronteras critica la actitud cerrada del INM. Mújica sostiene que el INM expone a los migrantes a condiciones precarias, ya que muchas familias carecen de recursos y los niños de la caravana están enfermando.
Cristian García, un hondureño viajando con su esposa embarazada y dos menores, afirmó: “No queremos hacerle daño a México ni a la gente mexicana. Solo estamos esperando los papeles, pero migración no nos resuelve nada. Migración quiere que peleemos con los rastreros (traileros).” En medio de la tensión, la caravana ha cumplido 11 días de caminata y protestas desde su salida el 30 de octubre de Tapachula.
